Así se originó la crisis global de chips y estas consecuencias tendrá
Los efectos por la pandemia del Covid-19 son múltiples, se registran en prácticamente todos los ámbitos de la vida cotidiana del ser humano y, además, muchos de ellos serán de largo plazo. Otros, incluso, ni siquiera se esperaban o no estaban presentes apenas hace algunos meses, aparecieron de repente.
Es el caso de la crisis de los semiconductorees, la falta de chips para diferentes industrias, la más visible por el momento es la automotriz, pero hay riesgo de que pueda afectar otras industrias en los próximos meses o incluso por años. Los semiconductores, chips o microchips se volvieron parte indispensable de la actividad económica y, por si algo faltara, podrían ralentizar la recuperación en muchas partes del mundo en caso de que se profundice su escasez.
¿Qué pasó para que llegáramos a dicha situación y cuáles pueden ser los efectos en la economía global?, aquí algunas respuestas a lo anterior.
El Gran Confinamiento, origen del problema
Cuando llegó el Gran Confinamiento en marzo del año pasado, muchas industrias pararon o redujeron su ritmo de producción al mínimo posible; aquellas que fabrican semiconductores, chips o microchips, actuaron en un inicio de modo similar porque no esperaban que el confinamiento global se prolongara más allá de 2 o 3 meses.
Pero la realidad fue brutal, en los hechos el confinamiento total no duró tanto pero el cierre por sectores económicos fue suficiente para que se disparara la demanda de equipo de computación.
Esta demanda inicial fue satisfecha con la producción en marcha más los inventarios, pero inevitablemente fue rebasada; tan solo los fabricantes de PCs enfrentaron después del primer trimestre del año pasado una auténtica avalancha de pedidos que no tenían presupuestada, y este año la situación será similar; sólo el más importante fabricante chino de PCs espera vender este año un mínimo de 300 millones de este artículo, según Bloomberg, batiendo cualquier récord anterior.
El boom del home office disparó la demanda de artículos electrónicos de todo tipo; todos y cada uno de ellos tiene como componente básico un microprocesador, la industria de repente se enfrentó a una demanda sin precedentes, el confinamiento obligó a las empresas del sector a regresar su producción a toda marcha, pero ya el daño estaba hecho, Sin olvidar, que existen factores adicionales que ya presionaban desde unos meses al sector, incluso antes del Gran Confinamiento.
En las semanas recientes la industria automotriz, con sus planes de reactivación, enfrentó un gran problema; la escasez de semiconductores, ya sea microchips, chips o microcircuitos. Pero no es la más afectada ya que por sí misma representa apenas el 10 por ciento de la demanda global de este tipo de tecnología, aunque fue suficiente para demorar la producción de muchas empresas del sector y con ello prolongar más la crisis que viven. Pero, ¿por qué hay una crisis si bastaría con incrementar la producción de semiconductores día y noche para satisfacer la demanda global?
- Altos costos y crisis previa, factores que frenan la producción
El sector que fabrica los semiconductores está en crisis desde antes de la pandemia, en los hechos no es ni siquiera una crisis económica, pero pega con la misma o mayor fuerza. Lo anterior sin olvidar que no es una industria barata, no se puede poner una fábrica de semiconductores de la noche a la mañana y no sólo es un asunto de costos, sino de tecnología misma e incluso de cuestiones geopolíticas, arancelarias, laborales y fiscales. Vayamos por partes.
- Guerra comercial EU-China
Una de las consecuencias del conflicto comercial de los años 2018 y 2019, antes de la llegada de la pandemia, entre Estados Unidos y China, fue el acaparamiento por parte de los grandes productores de smartphones, concretamente Apple y Huawei, de semiconductores, en previsión al rumbo que pudiera tomar tal conflicto. Estas empresas no padecen tanto, en estos momentos la escasez, pero sus inventarios tampoco son eternos. Sin embargo, dicho acaparamiento dejó expuestos a otros participantes y sectores a riesgos en caso de una contracción en la producción, que nadie esperaba, pero sucedió.
- Pocos fabricantes para mucha demanda
Los fabricantes de semiconductores son pocos en el mundo, veamos primero este punto y luego explicaremos una de las causas principales por las que son pocos.
Nuevamente con datos de Bloomberg, Asia es la fábrica mundial de microprocesadores, específicamente Corea del Sur y Taiwán, donde se fabrican 7 de cada 10 de estas piezas, lo que junto con otras naciones con menor participación de mercado, llevan a que en esa región del planeta se fabrique el 83 por ciento de todos los semiconductores que se utilizan en el mundo. Sin duda hay gigantes en el sector, pero el crecimiento explosivo en la demanda ya provocó que los fabricantes fueran rebasados, son pocos los productores para una demanda “monstruosa”, ¿y por qué?
- Fuertes inversiones en tecnología
Instalar una fábrica de semiconductores no es algo que se haga de la noche a la mañana, se requiere además de mucho dinero, tecnología de punta y mano de obra muy especializada. Según las estimaciones de los expertos, instalar una fábrica y que esta llegue a su pleno funcionamiento puede tardar hasta un año y en algunos casos más. Pero eso es sólo el principio, esta es una industria que cíclicamente requiere elevadas inyecciones de capitalización, los “saltos” tecnológicos necesitan desde adecuaciones en instalaciones y equipo hasta capacitación y nuevas herramientas tecnológicas.
- Asia, la gran fábrica de microprocesadores
China, Corea del Sur, Taiwán, Indonesia o incluso Filipinas, han logrado concentrar esta industria gracias a una agresiva política de subsidios gubernamentales y flexibilidad en costos laborales, que no cualquier nación en el mundo está dispuesta a ofrecer, ni siquiera las occidentales industrializadas, mucho menos las latinoamericanas. Eso explica que más de 8 semiconductores que circulan en el mundo tengan origen asiático. Por lo que se ve, será una situación de largo plazo ante las condiciones económicas en el planeta.
- Dependencia a corto plazo de Asia
Sin embargo, Estados Unidos se percató de la situación en 2019 y empezó, al margen del desastroso gobierno de Trump, a realizar gestiones para implementar una planta de fabricación de semiconductores. Algunas naciones europeas como Alemania y Francia hicieron lo mismo, pero llegó la pandemia. Las previsiones más optimistas señalan que habrá más fabricantes occidentales de semiconductores alrededor del año 2024, mientras tanto estos seguirán siendo preponderantemente asiáticos, y rebasados por la demanda.
¿Cuáles son las consecuencias?
Lo que vimos en la industria automotriz en las últimas semanas es apenas una consecuencia mínima. Es posible que los costos en el sector tecnológico se incrementen, y lógicamente los precios. En otras palabras, la tecnología será más cara cuando menos en los próximos dos o tres años, no más barata como se auguraba por los adelantos tecnológicos. También podría haber atraso en la implementación de tecnología como la 5G en muchas partes del mundo ante la escasez de aparatos que se adapten a la misma. Pero hay muchas industrias que requieren semiconductores en sus diferentes variantes: química, petroquímica, médica, industria de la construcción, y un largo etcétera.
Algunos esperan que con la “fábrica del mundo” trabajando a todo vapor, es decir Asia, la oferta empiece a normalizarse en unos meses, quizás para la segunda mitad del año, podríamos estar en una situación diferente. Sin embargo, los pronósticos pesimistas señalan que será hasta finales del año o después del primer trimestre de 2022, cuando haya una normalización, con todas las consecuencias que pudieran imaginarse y muchas que ni siquiera se anticipan.
El mundo no acaba de salir de una cuando entra a otra; la recuperación económica será una realidad en 2021, pero podría ser menos intensa de lo esperado. Lo que es la vida, así como un microorganismo cimbró a la economía mundial, ahora un microcircuito podría ser el causante de su lenta recuperación.
Con información de la agencia ‘EFE’