Aumentó el consumo de videojuegos en celulares durante el verano
Las nuevas tecnologías se convirtieron en unas acompañantes imprescindibles durante el confinamiento. A través de estas pantallas los niños pudieron continuar con sus clases, mantener la comunicación con amigos y familiares, así como disfrutar de una oferta de ocio que suplía a las actividades en exterior. Tras el fin del estado de alarma, se pudo retomar una nueva normalidad en la que estos dispositivos eran menos necesarios, el menos en teoría.
Porque en este verano si bien ha sido posible disfrutar de actividades en el exterior, muchas familias han optado por quedarse en casa para prevenir. De esta forma, muchos niños han encontrado en las nuevas tecnologías una fórmula de ocio con la que tapar el tiempo del periodo estival. Así lo demuestran los datos del estudio realizado por Qustodio en este 2020.
21 minutos más que en 2019
Los datos de este 2020 señalan que en este año los niños pasan una media de 70 minutos al día en aplicaciones de videojuegos. 21 minutos más que en julio de 2019. Un dato que se relaciona directamente con la crisis sanitaria por el coronavirus, aumentando en hasta un 45% los usuarios que hacen uso de esta fórmula de ocio, con una edad de entre 14 y 34 años.
La presencia de contenidos violentos en este tipo de videojuegos sigue siendo habitual. De hecho, el 80% de los títulos más populares entre los niños de 4 a 9 años sigue siendo de este estilo. Un porcentaje que desciende hasta el 70% en el caso de los usuarios de entre 10 y 18 años.
Qustodio destaca que los tres videojuegos más destacados, independientemente de la edad de los menores, contienen algún tipo de violencia. Otro asunto que llama la atención son los títulos que más prohíben los padres. Siete de los mismos coinciden con los más usados por los hijos de entre cuatro y nueve años y el 80% en el caso de los mayores de 10 años.
Contenidos en videojuegos
La mayoría de los contenidos bloqueados tienen contenidos violentos, demostrando que las familias conocen los títulos que usan sus hijos y lo que les ofrecen. En este sentido los menores invierten una media de 1 hora y 10 minutos al día en las pantallas, 21 minutos más que el año pasado.
“Es muy importante que las familias conozcan a qué videojuegos juegan sus hijos y seleccionar los adecuados para cada edad del jugador, siguiendo el código PEGI. También es aconsejable que sean los padres los que establezcan cuándo y cuánto tiempo pueden jugar, además de que el menor se comprometa a consultar con sus padres antes de realizar determinadas acciones, como aceptar una invitación de juego ‘online’, descargar un nuevo videojuego o realizar un pago por internet”, concluye Eduardo Cruz, CEO y cofundador de Qustodio.