Ciudades prometen aire más limpio con tecnología
Desde penalizar el uso del auto hasta plantar árboles, decenas de alcaldes de todos los continentes prometieron el viernes un aire más limpio en un intento por mejorar la salud urbana y combatir el cambio climático.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 90% de las personas respira aire sucio, lo que provoca muertes y enfermedades.
“Este aire sucio mata a 7 millones de personas al año, principalmente en las ciudades, y contribuye a la emergencia climática global”, dijo el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, en la cumbre C40 de alcaldes mundiales que se celebra en Copenhague.
Los líderes de más de 90 ciudades que representan a más de 700 millones de personas y una cuarta parte de la economía mundial se han reunido en la capital danesa esta semana para impulsar la acción climática.
A medida que activistas como la adolescente sueca Greta Thunberg o el movimiento de protesta “Extinction Rebellion” adoptan una posición cada vez más visible frente al cambio climático, las autoridades se están poniendo al día.
Entre las iniciativas de los alcaldes se encuentran incentivos para “hacer el bien” -tarifas de autobús baratas- y sanciones por hacer daño, como arrojar un exceso de emisiones, mientras las ciudades prueban tácticas para lograr cambios.
Desde Los Ángeles hasta Tokio, 35 ciudades se comprometieron el viernes a cumplir con los niveles mínimos de calidad del aire de la OMS para 2030, algo que según ellos podría salvar 40.000 vidas al año, e informar sobre sus progresos.
“La contaminación tóxica del aire es una crisis global y, como alcaldes, es nuestra responsabilidad fundamental proteger a la gente de este asesino invisible”, dijo el alcalde de Londres, Sadiq Khan.
Los alcaldes se reunieron en la capital danesa -una antigua aldea vikinga reconvertida en una ciudad de turbinas eólicas- días después de que los manifestantes contra el cambio climático tomaron las calles desde Austria a Nueva Zelanda, dando comienzo a dos semanas de desobediencia civil pacífica.
En la apertura de la cumbre, los delegados fueron recibidos el miércoles por manifestantes del grupo local Klima Aktion DK, armados con binoculares falsos hechos con papel higiénico.
“Nuestro mensaje para los alcaldes del C40 es: ¡La gente te está mirando! ¡Queremos ver acción!”, escribió el grupo en Facebook.
DE LONDRES A LISBOA
Según datos oficiales, más de 2 millones de personas viven en áreas de Londres que tienen niveles ilegalmente altos de toxinas en el aire.
Para cambiar eso, la ciudad introdujo este año la primera Zona de Emisiones Ultrabajas del mundo, que exige que todos los vehículos cumplan con estándares estrictos o paguen una tarifa para ingresar al centro, dijo Khan.
Otros ofrecieron incentivos en lugar de castigos.
El alcalde de Lisboa, Fernando Medina, dijo que la capital portuguesa lanzó un boleto de tarifa única con descuento en abril que ya había logrado un alza del 30% en el uso del transporte público.
También aumentaron los espacios verdes, dijo, con el equivalente a unos 200 campos de fútbol recién plantados.
El regidor de Milán, Giuseppe Sala, indicó que la ciudad italiana está implementando una gran zona de bajas emisiones y planea cambiar por completo su flota de autobuses eléctricos en siete años.
“Políticamente no es fácil decirle a la gente que no puede usar su auto, pero en este momento es necesario”, dijo Sala a la Fundación Thomson Reuters al margen de la conferencia.
La alcaldesa de París, Anne Hidalgo, afirmó que la ciudad está instalando sensores, incluso en escuelas y autobuses, para medir los niveles de contaminación y planea prohibir todos los vehículos diésel en la capital francesa para 2024 y todos los automóviles a combustible para 2040.
“La era de las emisiones tóxicas que envenenan el aire que todos respiramos está llegando a su fin”, dijo.
Según la ONU, las ciudades son vitales para limitar el calentamiento global, ya que representan alrededor de tres cuartos de las emisiones de carbono y consumen más de dos tercios de la energía global.
Las tecnologías conocidas, como los autobuses eléctricos, podrían ofrecer más de la mitad de los recortes necesarios para mantener el aumento de la temperatura global por debajo de los 2 grados Celsius, señaló la ONU.
El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, dijo que había experimentado de primera mano las consecuencias del aire tóxico, ya que se crió en una casa ubicada entre dos autopistas en California.
“Debido a las emisiones que había allí, tuvimos una concentración (de casos) de cáncer en nuestra calle. Mi madre, mi padre y mi hermana tuvieron cáncer y (por suerte) sobrevivieron”, comentó.
“Nuestros residentes merecen saber que las generaciones futuras heredarán un planeta habitable, y que nuestro aire, agua y recursos naturales estarán protegidos y preservados”, agregó.