Deepmind hizo polvo a pro gamers de StarCraft II
A finales de 2017, DeepMind (la empresa de inteligencia artificial de Alphabet) ya era la mejor del mundo en varios juegos de mesa: en ajedrez, Go y en shogi (el ajedrez japonés). En aquel momento ya supimos que simplemente se “estaba entrenando”.
Google y Blizzard decidieron mostrar los resultados de este entrenamiento, enfrentando esta Inteligencia Artificial (a la que bautizaron como “AlphaStar”) a jugadores profesionales del videojuego StarCraft II.
A una IA le cuesta dominar videojuegos de estrategia tan complejos como Dota 2 o StarCraft II. OpenAI consiguió vencer a oponentes humanos en Dota 2 el mes de agosto y Tencent desarrolló una IA que fue capaz de ganarle a los bots de StarCraft II en máxima dificultad.
De todos modos, hasta este momento ninguna IA había conseguido ganar a jugadores humanos de StarCraft II. DeepMind ha llegado para cambiar las cosas, derrotando a Dario “TLO” Wünsch y Grzegorz “LiquidMaNa” Komincz en diez partidas.
Hay que puntualizar que AlphaStar sólo ha aprendido a jugar con y contra Protoss (en StarCraft II puedes elegir entre tres razas distintas: Terran, Zerg y Protoss). Wünsch normalmente no juega con esta raza, aunque Komincz sí lo hace.
Cada uno de estos dos profesionales se enfrentó a DeepMind en una serie de cinco partidas y, aunque las partidas estuvieron ajustadas, la IA ganó en las 10 ocasiones. A continuación podemos ver el streaming con este histórico enfrentamiento:
Para conseguir entrenar a AlphaStar, hicieron que esta IA viese repeticiones de partidas durante tres días seguidos. Alphabet luego se encargó de dividir AlphaStar en distintas versiones de sí misma y las obligó a competir entre ellas en torneos que duraron siete días.
Lo realmente sorprendente es que han conseguido que gane a jugadores profesionales en poco tiempo, ya que en el mes de noviembre Blizzard se sorprendía de que DeepMind ya tenía un porcentaje de éxito del 50%. Viendo el ritmo que lleva seguro que nos seguirán sorprendiendo en los próximos meses.
