El cómic de Darth Vader revela un nuevo poder de la fuerza

No sabemos mucho sobre la Fuerza en el universo Star Wars. Empujar, sentir, levantar rocas, proyectarse a millones de kilómetros… eso solo roza la superficie de lo que se puede hacer con la misteriosa energía que nos une a todos. Pero el último arco del cómic de Darth Vader parece haber abierto una nueva puerta a la Fuerza. De hecho, ha volado la maldita puerta.

El número 23 de Darth Vader —de Charles Soule, Giuseppe Camuncoli, Daniele Orlandini, David Curiel, Dono Sánchez-Almara y Joe Caramagna— es la última entrega de un arco que ha buscado explorar los orígenes del siniestro castillo de Darth Vader en Mustafar.

La incesante necesidad de Star Wars de explicar en exceso de detalle todo lo que hemos visto con anterioridad puede resulta molesto, pero Darth Vader se interesa menos en darle contenido sobre el castillo a la Wookieepedia y más en abordar algo importante: el legado y la historia de los Sith que llegaron mucho antes que Vader o Palpatine.

Vader eligió Mustafar como no-tan-humilde morada no solo porque es el mundo en el que “nació”, sino porque es un planeta repleto de energías del lado oscuro. En los últimos números de la serie, Vader ha estado explorando y utilizando esas energías a través de un artefacto de ese lado oscuro: la máscara de un antiguo Lord Sith llamado Momin, un artista que, en una vida anterior, canalizó el lado oscuro para crear obras de arte a partir de muertes horribles y depravación.

La máscara de Momin es un artículo fascinante en el ámbito de la Fuerza, teniendo en cuenta que está imbuida del espíritu de Momin, casi como una forma física de un fantasma de la Fuerza. Vader se comunicó con los Sith a través de él, usó su consejo para diseñar un castillo capaz de aprovechar las energías inherentes a Mustafar y, quizás de forma más oscura, lo alimentó, al colocarlo en un número de subordinados imperiales encargados de ayudar a la construcción del castillo dejando que Momin posea violentamente sus cuerpos. Y todo en beneficio de una cosa: Vader cree que Mustafar y Momin son la clave para resucitar a Padmé.

El don de saber cómo se desarrolla el resto de Star Wars significa que nosotros, los lectores, sabemos que Vader inevitablemente fracasará en su propia versión de la infame Tragedia de Darth Plagueis el Sabio. Pero el fracaso no significa necesariamente que el poder de influir en la vida y la muerte a través de la Fuerza no exista.

Como nos recuerda frecuentemente Darth Vader #23, hay una puerta que abrir, y Momin y Vader intentan hacerlo con frecuencia, lo que lleva a un montaje casi cómico de rediseños del castillo para canalizar mejor la oscuridad.

El diseño final, el que vemos en Rogue One, parece ser la clave del éxito para el dúo, pero no de la manera en que Vader lo había planeado. Vader es llamado para defender el castillo de los clanes mustafari, que están preocupados de que la canalización de las energías del planeta por parte de los Señores Sith esté destruyendo su mundo de lava, por lo que no llega a ver el momento de éxito de su plan.

Usando la distracción a su favor, es Momin quien abre esa puerta entre la vida y la muerte. Porque, por supuesto, ¿qué podría ser más Sith que un momento de traición para beneficio personal?

Está claro que habrá más cosas que explicar aquí, ya que este arco llegará a su fin en los próximos números. ¿Momin se resucitó a sí mismo? ¿La puerta que abrió entre la vida y la muerte es una especie de teletransportador y en realidad el cuerpo de Momin, separado de su máscara, estaba oculto en algún lugar tras su aparente muerte y engañó a Vader para que los reuniera? ¿Es tal vez una puerta para viajar en el tiempo, y la idea de resurrección de Momin es simplemente traer su cuerpo desde un tiempo anterior a su muerte? ¿Es todo una ilusión y el cuerpo que se pone la máscara es solo una figura familiar con la que va a alimentarse?

No tenemos ni idea. Pero sabemos esto: sea lo que sea, puede ser nuestro primer paso hacia una comprensión más amplia y oscura de lo que la Fuerza puede hacer.