El discurso de Sacheen Littefeather en los premios Óscar terminó con su carrera en Hollywood
En plena resaca post ceremonia de los Óscar cabe recordar una de las galas más míticas de los premios de la Academia de Hollywood, aquella de 1973 en la que Marlon Brando rechazó la estatuilla a Mejor Actor por El Padrino como protesta al trato que recibían los nativos americanos en la industria. Sin embargo, el intérprete no se presentó a la gala, sino que en su lugar envió a la actriz nativa Sacheen Littlefeather a trasladar su opinión al público y los espectadores.
No obstante, a 48 años de aquella polémica, la mujer habla de nuevo en un documental, desvelando que Hollywood la colocó en una lista negra dejándola sin trabajo, mientras no recibía ningún tipo de apoyo de Marlon Brando.
l legendario actor pareció salir indemne de su intento de activismo en la distancia, pero las consecuencias no fueron positivas para Littlefeather, quien en el documental disponible en alquiler en YouTube, Sacheen: Breaking The Silence, sale a denunciar que fue incluida en una lista negra de Hollywood, mientras confiesa haberse sentido abandonada por el mismo actor que la envió a enviar el mensaje ante todo Hollywood.
Según cuenta Sacheen ahora, tras su polémica aparición en la gala de los Óscar cuando estaba cerca de cumplir los 27 años, su carrera como actriz se fue desvaneciendo y solo le dieron la oportunidad de trabajar en muy pocas películas como extra y sin recibir créditos, entre las que se encuentran títulos como El consejero, San francisco, The Trial of Billy Jack, Nube de fuego, El halcón de invierno o Caza al sol.
“Me incluyeron en la lista negra o, se podría decir, en la lista roja. Me condenaron al ostracismo en todos los sitios a los que volví. Nadie escuchaba mi historia ni me daba la oportunidad de trabajar”, admite en el documental.
La actriz, que a sus 74 años se mantiene como activista en la tribu Apache de White Mountain, también explica que se sintió abandonada por Brando tras las consecuencias de sus palabras. Asegura que el actor escogió la ceremonia como escenario para el mensaje activista porque era la primera que se transmitiría vía satélite a todo el mundo, y como Sacheen no tenía ningún vestido para la ocasión, Marlon Brando le recomendó que fuera vestida con piel de ante, prenda típica de los Apaches por la que llegó a “escuchar abucheos y burlas” entre los asistentes cuando subió al escenario a rechazar la estatuilla dorada en su nombre.
“Más tarde me enteré de que seis guardias de seguridad tuvieron que contener a John Wayne, que estaba entre bastidores y quería irrumpir en el escenario y arrastrarme“, desvela. Su discurso fue breve, pero certero, siendo la primera declaración política en la historia de los Óscar que coincidió con el primer año en el que la gala se emitió a través de satélite.
“Soy Apache y presidenta del Comité Nacional de Imagen Afirmativa de Nativos Americanos. Estoy representando a Marlon Brando esta noche”, comenzó su discurso de denuncia. “Las razones de esto son el trato que la industria cinematográfica da a los indios americanos hoy en día, las repeticiones de películas en televisión y también los acontecimientos recientes en Wounded Knee”, continuó.
La actriz Raquel Welch, que esa noche introducía el premio a la Mejor Actriz, dedicó unas palabras a la nativa y presentó el galardón esperando que el ganador no tuviera “una causa” por la que rechazar la estatuilla. Clint Eastwood, quien entregó el Óscar a Mejor Película, también respondió a los comentarios presentando el premio “en nombre de todos los vaqueros disparados en westerns de John Ford a lo largo de los años”. Por su parte, Michael Caine, que copresentaba la gala junto a Carol Burnett, Charlton Heston y Rock Hudson, criticó a Marlon Brando por “dejar que una pobre niña india recibiera los abucheos” en lugar de “ponerse de pie y hacerlo él mismo”.
Se dice que Roger Moore, en aquellos años convertido en estrella como James Bond, ayudó a Littlefeather a salir de la sala evitando altercados. Según cuenta la actriz y activista, al terminar su presentación en los premios y leer el extenso discurso de cuatro páginas escrito por Brando ante la prensa, se dirigió a casa del atcor, quien le dijo que “había hecho un buen trabajo“. Sin embargo, confiesa que no estuvo a su lado cuando las críticas comenzaron a señalarla y se fue quedando sin trabajo. A continuación cambió de profesión, trabajando en cuidados paliativos, para luego viajar por Europa estudiando nutrición. En 1979, cofundó el Registro Nacional de Artes Escénicas Indígenas Estadounidenses, ayudando a varios actores a unirse a la producción de Bailando con lobos; y ha producido películas sobre la salud de los nativos americanos. Continuó con su faceta activista a lo largo de toda su vida, llegando a trabajar junto a la Madre Teresa ayudando a pacientes con SIDA para luego fundar el Instituto Indígena Estadounidense del SIDA de San Francisco. Hizo campañas específicas contra la obesidad, el alcoholismo y la diabetes, ayudando a nativos americanos con SIDA, incluido su propio hermano. Sin embargo, sus sueños de ser actriz se quedaron en los 70s tras su polémica intervención en los premios de la Academia. Su último crédito cinematográfico es de 1978, interpretando a una nativa Navajo en el western Sol maldito.
Y es que, a pesar de que esa noche todo quedó en abucheos y comentarios despectivos, su trayectoria se vio tocada y hundida por una industria cinematográfica aún muy cerrada al activismo y las causas sociales. Ahora esta historia vuelve a salir a la luz en el documental Sacheen: Breaking The Silence, cortometraje de 25 minutos que la actriz realizó junto al director Peter Spirer en 2019 y que ha venido presentando en varios festivales a lo largo del último año.
Con información de la agencia ‘EFE’.