El orgasmo está en la cabeza y te decimos por qué

Durante la masturbación, el cerebro recibe señales de los estímulos y los que detecta que se sienten mejor, los guarda y potencia, enviando impulsos a los nervios y a los músculos.
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De forma general, se le ha atribuido la exclusividad del placer al cuerpo, suponiendo que son los senos, la vulva —hasta hace unos años el clítoris—, así como el pene y los testículos los únicos órganos destinados a ello. Sin embargo, el órgano más importante para experimentar satisfacción resulta ser el cerebro, debido a que tiene aproximadamente 85 mil millones de neuronas conectadas en circuitos responsables de algunos de los comportamientos complejos de los humanos, entre ellos las sensaciones placenteras.

Para comprender un poco más de esto, el equipo de Platanomelón, la marca de juguetes eróticos líder en el mercado mexicano y que busca naturalizar la sexualidad con la distribución de contenido de educación sexual en redes sociales nos compartió puntos muy importantes de por qué el cerebro es el órgano máximo del placer:

  1. La mente como fuente de placer: las fantasías 

Las fantasías son reconocidas como una manifestación de la sexualidad humana por la OMS, y resultan de especial importancia para la salud sexual. Lo más interesante de ellas es que el gran creador está en el cerebro: la imaginación, que es la habilidad de crear o evocar imágenes, escenas, sonidos y otros elementos que no están ahí tal cual, y se suman elementos sensoriales evocados desde la memoria, que incluyen sensaciones. Incluso pueden reproducirse memorias que no se experimentaron de manera directa. 

La mente es tan amigable que en las fantasías sexuales permiten crear el escenario perfecto que más se antoje para disfrutar del cuerpo, es por ello que los audiolibros, podcasts y la literatura erótica funcionan tan bien, pues aunque hay un elemento que guía la narrativa, ¡la mente lo hace todo a nivel cognitivo!

Una prueba está en los distintos testimonios de personas con algún tipo de discapacidad física que pueden llegar al orgasmo incluso sin experimentar sensibilidad en la zona genital, demostrando cómo la imaginación y la estimulación de otros sentidos y áreas del cuerpo son igual de importantes. El lóbulo temporal sería el “motor” de esto, pues es la conexión entre el componente mental, que depende de las señales sensoriales generadas por estímulos, como recuerdos y otros, en los músculos perineales y en el tracto genital.

​ ​ 2. Sólo dame una señal, chiquitx

A nivel físico, para que el cerebro pueda decir: “¡oh!, esto me gusta”, es necesario que reciba diferentes señales a través de las neuronas por medio de estímulos sensoriales. Esto depende de forma directa del sistema nervioso periférico y central. Por ejemplo, en el proceso de autoconocimiento en la masturbación, el cerebro recibe señales de los estímulos y los que detecta que se sienten mejor, los guarda y potencia, enviando impulsos a los nervios y a los músculos.

La interpretación de las señales y estímulos depende de un multisistema muy grande cuyas funciones principales están relacionadas con el proceso de recompensa y su neurotransmisor principal es ¡la dopamina!, la hormona del placer. El objetivo de la recompensa es estimular el cerebro para que lxs humanxs quieran repetir una acción que les asegure la supervivencia, como las relaciones sexuales o comer algo delicioso. Todo esto tiene que pasar para que digas: “ándale, ahí sí!”.

​ ​ 3. El poder de la mente: para bien y para mal

Acá vamos a hablar sobre cómo se entromete un poco más la mente, que es la que recibe, a través de los procesos cognitivos, toda la educación e información sociocultural, tanto para disfrutar como para no hacerlo.

Por lo general, a las mujeres se les dice que las relaciones sexuales son para procrear, y a los hombres que el sexo sí debe ser placentero, pero no por eso es más sencillo, pues ante cualquier aspecto que salga del “común”, se le despoja de su “hombría”. A más hombres que a mujeres les dijeron que el sexo y el placer van de la mano, 66% contra el 51%, de acuerdo con resultados de un estudio que llevó a cabo Platanomelón. Todas estas creencias son un obstáculo para vivir plenamente los encuentros eróticos, pues para sentir placer debemos sentirnos segurxs y confiadxs. Si mi mente divaga, mi cerebro no podrá recibir los estímulos y pues… llegar o no al orgasmo también se relaciona con que la mente esté presente o no durante el encuentro erótico. 

​ ​ 4. Su funcionamiento impacta en la vida sexual de las personas

El cerebro también se enferma y esto puede deberse a muchas razones, entre accidentes, mal funcionamiento hormonal y más. Hay enfermedades mentales y trastornos neurológicos que afectan las emociones, pensamiento, relaciones y comportamientos que, en consecuencia, afectan la forma de vivir el placer y el deseo sexual. 

Por ejemplo, la genofobia es el miedo irracional a la penetración, y aunque puede tener su explicación en temas físicos como dolor, la ansiedad que se desarrolla a nivel mental puede tener su origen en experiencias pasadas, creencias y hasta en una predisposición acerca del desempeño. 

Vivir plenamente el placer depende de muchos elementos y la magia de la mente, el cerebro y todos los sentidos son la receta perfecta para que, a nivel físico, también se experimente a niveles estelares, por eso importa, e importa mucho, estar presente con mente y cuerpo. 

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