El récord de Billy Mitchell en Donkey Kong se irá hasta en los tribunales norteamericanos
Un tribunal de Los Ángeles, en Estados Unidos, se reunirá en julio para resolver el caso del récord del videojuego Donkey Kong del jugador Billy Mitchell, que ha denunciado al organismo que concede estas puntuaciones por quitarle sus marcas y acusarle de hacer trampas usando una versión modificada del juego.
El jugador de videojuegos estadounidense Billy Mitchell, de 54 años, es conocido por ostentar los récords de puntuación de títulos arcade clásicos como Pac-Man y Donkey Kong, este último desarrollado por la japonesa Nintendo.
Mitchell logró puntuaciones de 1,047,200 en el título clásico, adjuntando una grabación en cinta para probarlo, y de 1,050,200 y 1,062,800 en otras variantes. Esto le llevó a ser considerado como ‘el mejor jugador de videojuegos del mundo’, entrar en el Libro Guinness de los Récords y a protagonizar el documental The King of Kong, estrenado en 2007.
No obstante, en abril de 2018, el organismo estadounidense que verifica las marcas de puntuación históricas de videojuegos, Twin Galaxies, descubrió que era técnicamente imposible obtener esas marcas y acusó a Mitchell de utilizar para ello un emulador, MAME. Las normativas exigen el uso de una versión no modificada del juego.
Por ello, el organismo le quitó sus récords en todos los videojuegos, incluido Donkey Kong, y le prohibió que enviase nuevos récords en el futuro. Mitchell también perdió el reconocimiento del Libro Guinness de los Récords.
Después de presentar una denuncia por difamación contra Twin Galaxies, por considerar que su comunicado le retrataba como tramposo, un tribunal de Los Ángeles ha convocado a ambas partes a una vista el 6 de julio, como recoge Arstechnica.
Por un lado, Mitchell sostiene que el anuncio de Twin Galaxies se realizó ante “cientos de personas” y constituye difamación, mientras que el organismo ha adjuntado la documentación que usó para demostrar que no era posible conseguir las puntuaciones con el juego sin modificar y defiende no haberle llamado ‘tramposo’.