Encienden Sony y Microsoft la siguiente guerra de consolas

A finales de este 2020 saldrán al mercado dos consolas de nueva generación: la PlayStation 5 de Sony y la Xbox Series X de Microsoft.

La expectación que ambas máquinas suscitan en la industria y en el público demuestran, una generación más, que la conocida como “guerra de consolas” es cosa de dos (de tres, si se incluye a Nintendo y su Nintendo Switch, que no lanzará ninguna consola este año).

Jason Schreier, uno de los referentes del periodismo de videojuegos, publicó en Bloomberg un reportaje en el que analiza la aproximación que ambas multinacionales hacen de cara al futuro de la industria, que mueve más de 131,000 millones de euros al año.

El análisis del sector que hace Bloomberg demuestra que, por más que lo intenten, las gigantes de Silicon Valley no han tenido mucha suerte intentando penetrar en este mercado.

Google lanzó Stadia, con el propósito de acabar con las consolas: ofrece videojuegos que se pueden disfrutar a través de un servicio de streaming. Apple lanzó el año pasado Arcade, un modelo de suscripción centrado en videojuegos móviles presentes en iPhone y iPad. Mientras tanto, Amazon también está invirtiendo y desarrollando sus propios títulos.

Este otoño arranca una nueva guerra de consolas

Aunque ni Sony ni Microsoft han confirmado todavía las fechas de lanzamiento de sus nuevas consolas, la llegada de los títulos de nueva generación están planeados para octubre y noviembre.

Además, hace días se confirmó que Sony aumentó la producción de su nueva PlayStation para satisfacer la demanda prevista.

Bloomberg recuerdó que las generaciones de consolas suelen durar unos seis o siete años. PlayStation 4 y Xbox One salieron al mercado en noviembre de 2013.

El problema es que mientras que la consola de Microsoft se vendía por 499 euros, la de Sony salió a un precio sensiblemente inferior: 399 euros.

Esto, sumado a los problemas previos al lanzamiento de Xbox One en 2013 — en un principio, la consola iba a estar acompañada obligatoriamente de una cámara llamada Kinect — provocó que la consola de Sony despegara en ventas en detrimento de su rival. Una brecha que se fue incrementando con el paso de los años.

AMD, responsable de buena parte de la arquitectura de estas consolas, advirtió en marzo de este año que entre PS4 y Xbox One se habían vendido cerca de 150 millones de consolas. Solo dos meses después, Sony anunció triunfalmente que habían logrado vender 110 millones de PlayStation 4.

Aun con todo, Microsoft no tiró la toalla y lanzó la Xbox One S — modelo más barato y de dimensiones reducidas —, la Xbox One S All-Digital Edition — sin lector óptico — y la Xbox One X, una consola más potente que la One original.

Sony respondió con PlayStation 4 Slim — una versión “adelgazada” — y la PlayStation 4 Pro.

De hecho, una muestra de que las consolas de nueva generación cada vez están más cercas es que Microsoft anunció que descontinuará la producción de sus Xbox One X y Xbox One S All-Digital Edition.

Precisamente el lanzamiento de varias versiones de sus consolas abre la puerta a que Microsoft presente todavía otra nueva consola de generación. Mientras que Sony presentó la PlayStation 5 y la PlayStation 5 Digital Edition — sin lector —, Microsoft solo hizo lo propio con Xbox Series X.

Nadie descarta que Microsoft se guarde un as en la manga. Una consola mucho más barata que la Series X y con prestaciones técnicas algo más limitadas.

Con esto, Microsoft tiene la oportunidad de revertir la situación. Lo que se sabe hasta ahora es que Xbox Series X será más potente que PS5, al menos en lo que a tecnología en bruto se refiere.

Doug Clinton es un socio director en una firma de capital riesgo, Loup Ventures LLC, y explicó a Bloomberg que no le sorprendería si Microsoft presenta un precio más barato con su consola que en la PS5.

“Han perdido las dos últimas generaciones, y Microsoft no saca un beneficio importante de Xbox. El que tome primero la primera posición suele ser el ganador al final de la carrera, gracias a los efectos de las redes”, agregó.

En qué se diferencian las estrategias de Sony y Microsoft

Bloomberg abundó en que la nueva guerra de consolas acentuará más las diferentes aproximaciones que tanto Sony como Microsoft hacen sobre la industria del videojuego.

Sony incentiva el desarrollo de títulos exclusivos en su catálogo: God of War, Marvel’s Spider-Man, The Last of Us Parte II. A base de talonario, insta tanto a sus estudios propios como a terceros —los conocidos como third parties— que desarrollen títulos para su consola.

Bloomberg lo resumió así: PlayStation limita su público pero fuerza a sus usuarios a comprar la consola.

Microsoft zanja que el negocio no se debe medir por cuantas consolas se vendan. El negocio es “cuántos jugadores juegan a los juegos que compran”, detalló Phil Spencer, el vicepresidente de la división de Videojuegos de Microsoft, a The Verge.

El propósito de la firma de Redmond — Washington, donde se ensamblan las Xbox — es que Xbox sea una marca que trascienda a la máquina.

Por eso, Microsoft ahora mismo lidera el propósito de crear un ‘Netflix de los videojuegos’ con su Xbox Game Pass, disponible tanto para sus consolas como para el sistema operativo Windows.

Con Game Pass, pagando una suscripción de 12.99 euros al mes, los usuarios pueden disfrutar del juego en línea de Xbox Live! y de un catálogo de títulos que se pueden descargar en la consola e instalar y jugar.

Además, este mismo jueves, Microsoft ha anunció que xCloud, su servicio de streaming —para jugar sin necesidad de instalar ningún título e incluso usar la pantalla del móvil como monitor — estará incluido en esta suscripción.

La nueva generación de consolas llegará a finales de 2020, en un año atípico para el sector a causa de la crisis del coronavirus, que ha obligado a suspender importantes eventos de la industria como el E3 de Los Ángeles.