La “fiebre del oro” del streaming llegó a su final
Agencias, Ciudad de México.- Se puede decir que el modelo de negocios de las suscripciones ha tomado el control sobre nuestras vidas desde que una enorme lista de servicios de streaming, como Netflix, Amazon Prime, Max (anteriormente HBO Max) o Disney+, nos conquistaron con precios bajos y la posibilidad de compartir cuentas con amigos y familiares.
Pero, como bien señaló a Yahoo Finance el director de investigación y analista de Gartner, Eric Schmitt, esa “fiebre de oro” del streaming ha llegado a su fin. Las suscripciones son cada vez más costosas y ahora evocan al fantasma de los paquetes de cable que durante décadas drenaron nuestros bolsillos.
Todas las principales compañías que transmiten películas, series y música por suscripción han aumentado sus precios en el último año, “en un esfuerzo por hacer frente a las presiones de Wall Street”, confirmó un análisis de Axios publicado en julio.
Para cumplir con las expectativas de los inversores, a los servicios de transmisión les quedan pocas opciones, entre ellas aumentar sus precios, bombardear con publicidad y directamente vender o alquilar productos que anteriormente podrían ser incluidos con la suscripción.
Ahora bien, habrá que ver si valdrá la pena el riesgo de perder usuarios en el camino.
Netflix reportó una pérdida de suscriptores por primera vez en más de una década en abril del año pasado y luego perdió millones más en los meses siguientes. Desde entonces, la compañía tomó medidas enérgicas contra el uso compartido de contraseñas para diversificar su fuente de ingresos y exprimir a los suscriptores existentes.
Los precios andan por las nubes
Las medidas no fueron bien recibidas, especialmente porque meses antes la plataforma había anunciado que aumentaría los precios de su plan Estándar de US$ 13.99 a US$ 15.49 y el costo de su plan Premium de US$ 17.99 a US$ 19.99 (también introdujo un plan con publicidad de US$ 6.99 y, más recientemente, eliminó su plan básico de US$ 9.99).
Disney+ no demoró en seguir el ejemplo de Netflix. Primero, presentó un nivel de acceso con publicidad por US$ 7.99 y aumentó el precio de su nivel sin publicidad de US$ 7.99 hasta US$ 10.99 en 2022. Más tarde, este mes, anunció que subirá más el precio de su opción sin publicidad hasta US$ 13.99.
El acceso a Hulu sin publicidad también saltó de US$ 14.99 a US$ 17.99, mientras que el de Apple TV+ fue de US$ 4.99 a US$ 6.99; y el Max de US$ 14.99 a US$ 15.99. Incluso Paramount+ eliminó su versión sin Showtime y ahora cobra US$ 11.99 por una opción sin publicidad.
Una encuesta de la analista de mercados Ipsos y la NPR en octubre del año pasado sugería que el consumidor promedio está dispuesto a pagar aproximadamente US$ 42 mensuales por servicios de transmisión. Pero algunos amantes del streaming y otros servicios de suscripción ya lidiaban con gastos de hasta US$ 120 al mes en 2021, unos US$ 25 más que el año anterior, según Vox.
El contenido tampoco es un punto fuerte
No parece que la tendencia de los precios altos -de frente a un contenido que prioriza la cantidad sobre la calidad y un algoritmo perezoso- se detendrá pronto. En septiembre, The Washington Post calificó el fenómeno como una “crisis existencial” que ha socavado de forma natural la visión revolucionaria de los servicios de streaming, justo cuando atraía a más espectadores que la televisión por cable o la televisión abierta.
El comediante Adam Conover, creador de “Adam Ruins Everything” para TruTV y “The G Word with Adam Conover” para Netflix, considera que la industria se mueve hacia “algo potencialmente peor que el cable”.
“La primera promesa de los años del streaming era una fantasía y/o una mentira. Y nos estamos moviendo hacia una industria del entretenimiento que es mucho peor para todos, incluidos los accionistas”, dijo Conover a The Washington Post.
Entretanto, Schmitt augura grandes recortes entre los suscriptores, ahora más selectivos. “Y creo que veremos más agitación y más personas entrando y saliendo de los servicios. Veremos proveedores de servicios que ofrecen incentivos de contratos a largo plazo y de varios años, tal como se hizo en el negocio del cable y en el negocio de la telefonía”.
Mike Proulx, vicepresidente y director de investigación en la asesora de mercado Forrester, señaló, por otro lado, que hay que tomar en cuenta las huelgas de actores y guionistas en Hollywood, que ponen en peligro el contenido nuevo que se agrega a estas plataformas.
Si el contenido inicial es cuestionable, el nuevo escasea y los clientes notan aumentos de precios en sus facturas mensuales, lo más probable es que millones terminen cancelando sus planes de suscripción, tal como esperan los expertos.
“Cuando le preguntamos a los adultos de EEUU cuáles son sus principales razones para mantener o cancelar un servicio de transmisión, el número uno es el precio”, dijo Proulx a Yahoo. “Y la segunda razón, para sorpresa de nadie, es la calidad del contenido”.
Con información de Yahoo Finanzas