Las ciudades lo encuentran en sus aeropuertos un espacio para granjas solares
A inicios de 2019, cuando los comisionados de la ciudad de Tallahassee, Florida, aprobaron una resolución para depender exclusivamente de energías renovables para 2050, ya se había puesto la primera piedra: una granja solar de 48 hectáreas y 20 megavatios en el Aeropuerto Internacional de Tallahassee.
Una desarrolladora privada había instalado los paneles solares hacía poco más de un año en un esfuerzo por combatir el cambio climático y limitar las emisiones. A finales de 2019, otras 133 hectáreas comenzaron a producir 42 megavatios, para suministrar energía solar a más de 100 edificios municipales, entre ellos el ayuntamiento, la terminal del aeropuerto y una planta de tratamiento de aguas residuales.
“Pensábamos que íbamos a tener menos, porque los terrenos eran limitados”, comentó Reese Goad, administrador municipal de Tallahassee. “Es difícil encontrar terrenos en un entorno urbano”. No obstante, el aeropuerto les dio a las autoridades de la ciudad un sitio sin desarrollar que también permitía la conexión a la red eléctrica.
Ahora que el país está al tanto de su huella de carbono y las fuentes alternativas de energía, los aeropuertos de la nación están transformando en granjas solares sus techos, áreas sin usar y estacionamientos. Según un estudio que publicó el año pasado la Universidad de Colorado, en la última década, alrededor del 20 por ciento de los aeropuertos públicos han adoptado la energía solar.
A pesar del interés, sigue habiendo desafíos: la adopción es limitada y varía según el lugar; además, las autoridades pueden encontrarse con obstáculos ambientales y burocráticos. Sin embargo, por ley, a los aeropuertos se les exige tener autonomía financiera y la posibilidad de un ingreso adicional es un incentivo poderoso para los gobiernos.
“Es una adición a la red eléctrica, un generador de ingresos y energía para el mismo aeropuerto”, opinó Peter J. Kirsch, abogado en Kaplan, Kirsch & Rockwell en Denver cuya práctica se enfoca en la regulación y la infraestructura del transporte. “Los aeropuertos son enormes usuarios de energía y todos los esfuerzos para depender de fuentes de energías renovables en vez de las tradicionales a base de carbono crearán una reacción positiva en la comunidad”.
Los programas solares comunitarios, los cuales permiten que algunos clientes de empresas eléctricas compren energía solar en vez de usar combustibles fósiles tradicionales, están instalados en aeropuertos de Tallahassee; Tampa, Florida; y Austin, Texas, entre otros. En el Aeropuerto Internacional John F. Kennedy, cuando se terminen los paneles solares planeados para el próximo año se espera que sean los más grandes del estado de Nueva York. Estas iniciativas les dan a los arrendatarios y a quienes tienen medios limitados la capacidad de dar un giro hacia las energías limpias.