¿Logrará superar Increíbles 2 a su antecesor?

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El guionista y director de “The Incredibles” (“Los increíbles”) Brad Bird ha dicho que los poderes de sus personajes nacieron de estereotipos. Papá es fuerte, mamá se estira en millones de direcciones, las chicas adolescentes se escudan, los niños pequeños rebosan de energía ilimitada y los bebés son impredecibles.

Por esto decidió que la secuela “Incredibles 2” (“Los increíbles 2”), una comedia rápida y alegre, empezaría justo donde había terminado la primera: en ese estacionamiento tras la competencia de atletismo de Dash donde una nueva amenaza emerge de la tierra. No importa que en la realidad hayan pasado 14 años; la animación no está amarrada al tiempo ni a la edad de sus actores.

Para el resto de nosotros, sin embargo, 14 años siguen siendo 14 años. Y en los últimos 14 años la industria de Hollywood se ha convertido en una fábrica de cintas de superhéroes.

Resulta difícil recordar una época en la que no había una docena por año. Pero cuando “The Incredibles” se estrenó en el 2004, era una especie de rareza en los multicines. Su realismo insolente que hacía burla del documental, sus chistes sobre capas e identidades secretas, sus monólogos y los peligros de la fama tóxica y obsesiva fueron la perfecta introducción (y adoctrinamiento) a los superhéroes para aquellos a quienes no les importaban un bledo.

La magia de Pixar hizo creyentes a los escépticos. Y ya para el 2008 casi todos pensamos “vamos a ver qué onda con este Tony Stark y alguien llamado Iron Man”.

En “Incredibles 2” parece que el propio Bird lucha contra esa cultura que ayudó a crear, algo no muy diferente de lo que hizo Steven Spielberg este año en “Ready Player One”. Pero en vez de un ejercicio de nostalgia, se trata de superhéroes y pantallas.

El villano de la película se llama Screenslaver (Rapta-Pantallas) y usa pantallas para hipnotizar a cualquiera que las ve. Es retro (acorde al amor de Bird por la estética de los años 60) y al mismo tiempo moderno. Molesto por lo ciegos y consumistas que se han vuelto todos a merced de las pantallas y las experiencias simuladas en vez de las reales, incluyendo las películas y los videojuegos, Screenslaver tiene la meta de acabar con esto y acabar con la dependencia de la ciudad de Municiberg y su obsesión con los superhéroes. Al igual que en la primera película, se presentan un millón de ideas al mismo tiempo (lo cual no es una falla, por cierto) que involucran una evolución en la dinámica familiar.

En esta imagen difundida por Disney Pixar, una escena de “Incredibles 2”, que se estrena el 15 de junio. (Disney/Pixar vía AP)

La mayoría del elenco original de voces regresó a la película, incluidos Craig T. Nelson como Bob Parr/Mr. Increíble, Holly Hunter como Helen Parr/Elasticgirl, Bird como Edna Moda, Sarah Vowell como Violet Parr y Samuel L. Jackson como Lucius Best/Frozone (el único cambio entre los personajes principales es Dash Parr, cuya voz hace ahora Huck Milner).

En la versión en español latino, el comediante mexicano Víctor Trujillo hace la voz de Mr. Increíble, la humorista mexicana Consuelo Duval interpreta a Elasticgirl y el actor mexicano Darío T.Pie. a Edna Moda.

Y nuevamente estos superhéroes pasan por momentos de incertidumbre en Municiberg luego que la familia Parr daña accidentalmente la propiedad pública tratando de combatir a un criminal.

Un rico heredero y fanático de los superhéroes, Winston Deavor (Bob Odenkirk) y su hermana diestra en tecnología Evelyn (Catherine Keener) tienen el plan de mejorar su imagen en un momento en que la población solo ve destrucción. Los Deavor proponen colocar cámaras en los trajes de los superhéroes para obtener imágenes emocionantes de sus hazañas.

“Incredibles 2” mejora un poco su postura de género con respecto a la primera película al enviar a mamá a trabajar y hacer que papá se quede en casa. La animación también mejoró mucho, haciendo que “The Incredibles” parezca algo primitiva e incluso fea.

Aunque tiene un comienzo lento, al final es bastante divertida. Pasa del absurdo (los poderes florecientes de Jack Jack) a lo más común (como el papá ayudando a Dash a hacer su tarea de matemáticas o tratando de arreglar las cosas tras entrometerse en una cita de Violet y avergonzarla aún más en el proceso).

Pero al igual que “Ready Player One”, “Incredibles 2″ pierde el hilo hacia el final. Un villano es un villano sin importar lo grande que sea su argumento, y Mr. Incredible, Elastigirl y sus hijos son los héroes, por lo que debemos apoyarlos a pesar de que pensemos que Screenslaver podría estar haciendo algo importante.

Sigue siendo divertido ver a narradores inteligentes como Bird trabajando dentro del sistema y usando su plataforma para autoevaluar o comentar sobre lo que ocurre, incluso a pesar de que la conclusión es un poco endeble. Bird podría simplemente haber traído de vuelta a sus adorables personajes, aprovechar las rarezas de Jack Jack y cobrar el cheque. Esto hace que el esfuerzo y el cuidado en esta segunda entrega sean aún más increíbles.

“Incredibles 2” de Walt Disney Pictures recibió una clasificación PG en Estados Unidos, que sugiere guía parental por cierto material que podría no ser apto para niños por sus “secuencias de acción y lenguaje”.

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