Los videojuegos pueden beneficiar al medioambiente

Basados en las recomendaciones de los líderes de la industria y otros expertos, el documento propone siete recomendaciones para aprovechar la influencia de los videojuegos en la concienciación ecológica a nivel mundial:
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La industria de los videojuegos no para de crecer, con ingresos superiores a los de Hollywood y el sector de la música en streaming. Ya no se trata solamente de un asunto de niños; de hecho, la magnitud de los juegos de vídeo a nivel mundial ha tenido un impacto real en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Organización de Naciones Unidas.

Es por ello que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha lanzado el proyecto Playing for the Planet (Jugando por el Planeta), que resume la influencia del sector de los videojuegos en el cuidado de la Tierra, basados en los hechos recientes, las perspectivas de más de 50 líderes de opinión de la industria y otros expertos.

El estudio culmina con siete recomendaciones para provocar nuevas ideas y colaboraciones que tengan un impacto en el mundo real, desde la reducción de la contaminación hasta la preservación de los océanos o la generación de energía sostenible.

Una industria global en crecimiento

Actualmente, más de 2.300 millones de personas usan videojuegos en el mundo (superior al 30 % de la población global), gastando más de 1.400 millones de dólares en juegos cada año. Son cifras escandalosas que definen la magnitud de una colosal industria que no para de crecer.

Las personas también se entretienen viendo a otros divertirse en la consola o el PC. En 2017, 666 millones de personas vieron las partidas de otros en plataformas como Twitch y YouTube, más que la audiencia combinada de ESPN, Netflix y HBO. Los espectadores pasaron 355.000 millones de horas de contenido solo en Twitch en 2017.

Un medio de gran influencia

Según el estudio, el sector de los videojuegos duplicará sus ganancias durante los próximos cinco años. Alrededor de 10 millones de personas tendrán acceso a teléfonos móviles, tablets y otros dispositivos, que les permitirán usar una cantidad ilimitada de juegos.

La gran influencia que tiene esta industria en las personas se podría utilizar para contribuir aún más con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, especialmente aquellos puntos relacionados a la ecología, como combatir el cambio climático, conservar los océanos y garantizar el acceso a una energía sostenible.

Nuestro planeta enfrenta grandes desafíos. En los últimos 40 años, las poblaciones mundiales de vida silvestre han disminuido en un 60 %, mientras que la biomasa mundial de insectos está disminuyendo en una tasa estimada del 2, 5 % anual.

Debemos aprovechar el hecho de que los jóvenes están más preocupados sobre asuntos ambientales que en cualquier otra época. En una encuesta reciente hecha a millennials (30.000 personas menores de 30 años de 186 países) se mencionaron el cambio climático y la destrucción de la naturaleza como los problemas más críticos del mundo.

“La capacidad de los juegos para movilizar a los jóvenes es muy poderosa si se ejecuta con un propósito”, asegura Al Gibb, director ejecutivo de Mighty Serious, una compañía encargada de asesorar a los desarrolladores de videojuegos a ofrecer productos que logren un impacto social.

De los 53 líderes de la industria encuestados, la mayoría estuvo de acuerdo en que los videojuegos pueden crear conciencia sobre una causa, fomentar el aprendizaje e impulsar un cambio de comportamiento positivo.

De hecho, el 87 % de los encuestados tiene la intención de realizar más campañas y promover más mensajes ambientales en sus juegos.

Videojuegos solidarios con el planeta

Muchas empresas han usado sus juegos para recaudar fondos para causas benéficas. Por ejemplo, Pokémon Go recompensó recientemente a los participantes de 68 eventos de limpieza del Día de la Tierra en 19 países, con un Pokémon de “lanzamiento especial” y una donación de 250.000 dólares para la conservación de los océanos en Palaos.

Animal Jam, una biblioteca interactiva de animales para niños con más de 100 millones de usuarios registrados, ha donado más de 10 millones de dólares a programas relacionados a la conservación de los animales.

Minecraft, el exitoso título de construcción, fue lanzado como Minecraft: Climate Hope City para ayudar a los jugadores a imaginar un futuro con cero emisiones. Se utilizaron parte de los fondos recaudados para plantar 150.000 árboles en África Oriental.

Aportes a la investigación y educación

La sofisticación de los motores de juegos modernos está abriendo nuevas vías para la investigación y la educación.

Además, la realidad virtual y aumentada son herramientas poderosas para brindar experiencias educativas inmersivas y emocionalmente impactantes. Los usuarios pueden explorar ubicaciones remotas del mundo real, experimentar selvas tropicales, pueblos o campamentos de refugiados.

La realidad aumentada puede traer datos ocultos o no disponibles fácilmente para mostrar los impactos potenciales del aumento del nivel del mar, y hacer que la naturaleza resulte más interesantes.

Zooniverse, la plataforma de ciencia ciudadana más grande del mundo, ha permitido a la comunidad de investigación involucrar a sus 1, 6 millones de usuarios en diferentes actividades, desde clasificar galaxias hasta explorar océanos desde la comodidad del hogar.

Impacto ecológico

La huella de carbono de los juegos es grande y está creciendo rápidamente. En 2016, el tráfico mundial de títulos en línea alcanzó los 915 petabytes por mes, siendo el sub segmento de uso de datos de más rápido crecimiento en el mundo.

Proyectado para crecer otro 62 % (más de 10.000 petabytes por mes) para 2021, el tráfico de juegos en Internet será mayor que todo el tráfico de datos por correo electrónico y navegación web. Este flujo de datos es el reflejo de un legado de emisiones que debe ser reducido.

Por suerte, las descargas digitales siguen desplazando a los juegos físicos. Entre 2009 y 2017, las ventas digitales en Estados Unidos pasaron de un 20 a un 79 %.

Cambios similares en todo el mundo han reducido la huella ambiental de las compras de software, particularmente cuando se dispone de energía verde y velocidades rápidas de Internet.

Empresas como Supercell, creadores de juegos como Clash Royale, se han comprometido recientemente a ser totalmente neutrales en carbono y compensar el CO2 que utilizan los jugadores cuando cargan sus dispositivos.

“El mayor desafío al que nos enfrentamos, sin importar en qué industria estemos, es el cambio climático y ahí es donde debemos tratar de lograr el mayor impacto. Es por eso que decidimos este año hacer que Supercell sea completamente neutral en carbono”, comentó el director ejecutivo Ilkka Paananen.

Por otro lado, los desechos electrónicos están aumentando a un ritmo alarmante: de 50 millones de toneladas en la actualidad a 120 millones de toneladas proyectadas para el 2050.

A nivel mundial, menos del 20 % de los desechos electrónicos se recicla. La mitad de toda esta chatarra está compuesta por dispositivos personales como ordenadores, móviles, tablets y televisores, que también se utilizan como hardware para los juegos.

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