Micron invertirá hasta 100,000 millones de dólares en una planta de chips en Nueva York
La estadounidense Micron Technology anunció este martes que va a invertir hasta 100,000 millones de dólares durante los próximos 20 años en una nueva planta para fabricar microprocesadores en el estado de Nueva York.
La decisión supone un importante espaldarazo para el plan con el que el Gobierno de Estados Unidos está tratando de incentivar la producción de chips en el país con el fin de reducir su dependencia de China en este ámbito.
En un comunicado, Micron aseguró que la enorme nueva fábrica que creará en Clay (oeste de Nueva York) será la mayor de este tipo en EE.UU. y empleará directamente a unas 9.000 personas, generando en total unos 50,000 puestos de trabajo.
La primera fase del proyecto, que se ejecutará de aquí al final de esta década, contará con un presupuesto de 20,000 millones de dólares, que según la empresa será la mayor inversión privada hecha en la historia del estado de Nueva York.
Esa inversión, según reconoce la propia compañía, no se habría producido sin los importantes incentivos públicos que recibirá y que incluyen un total de 5,500 millones de dólares por parte de Nueva York además del apoyo federal.
El Congreso estadounidense aprobó el pasado julio una ley que prevé una inversión de 280,000 millones de dólares, de los que 52,700 millones de dólares están dirigidos a fomentar la construcción y ampliación de fábricas nacionales de semiconductores con subsidios y créditos adicionales.
El presidente estadounidense, Joe Biden, celebró en un comunicado el anuncio de Micron y los miles de empleos con buenos salarios que traerá.
“La de hoy es otra victoria para Estados Unidos y otra enorme inversión en Estados Unidos estimulada por mi plan económico”, destacó Biden, que reiteró su prioridad de aumentar la fabricación de bienes en suelo nacional.
“A aquellos que dudaron de que Estados Unidos pudiera dominar las industrias del futuro les digo: nunca deben apostar contra los estadounidenses”, insistió el presidente.
Todo ello con el objetivo de revertir la enorme dependencia que tiene Estados Unidos de microchips fabricados en el extranjero, especialmente en China.