Muestran un gameplay de “Super Mario Party”
Desde GameXplain han colgado un video donde podemos ver 15 minutos de Super Mario Partypara Nintendo Switch dedicado al modo clásico de tablero del juego.
Como indica el cambio de nombre, en vez de haberse llamado Mario Party 11 se ha optado por Super Mario Party no solamente para dar la bienvenida a la nueva plataforma, sino que se ha incrementado el número de juegos y modos con una barbaridad de contenido con el que echarnos unas risas. ¡Ríete ahora, 1-2 Switch!
De esta forma, los usuarios de Nintendo Switch tendrán hasta dos modalidades de juego diferentes para disfrutar a modo un solo jugador:
- Challenge Road: Como bien indica su nombre, dicha opción de juego situará a los usuarios en un camino repleto de desafíos. Esta se desarrollará en un entorno PvE.
- Online Mariothon: Para mantener el espíritu competitivo pese a que no contemos con nadie a nuestro lado para jugar, Super Mario Party nos ayudará a buscar compañía mediante su modo PvP. Gracias a esto, los jugadores de Super Mario Party podrán conectarse entre ellos sin importarla distancia.
Nuestra última prueba con el juego comenzó por la modalidad estándar de tablero, llamada El Paraíso Megafrutal. La mecánica resultará familiar para aquellos que lleven tiempo dándole a los Mario Party, con un sistema en el que obtener monedas para canjear por potenciadores y un marcador de estrellas que será el que determine el ganador de la partida para hasta 4 jugadores. En esta ocasión tenemos 4 islas tropicales conectadas entre sí por tuberías de colores y un puente central que conecta las dos superiores y las dos inferiores entre sí.
Del puro azar dependerá el desarrollo de nuestra partida, ya que en primera instancia dependemos de las tiradas del dado para conseguir avanzar. En ciertas casillas especiales obtendremos monedas, así como en los minijuegos de final de ronda. En las casillas rojas perderemos cierto número de monedas. Sin embargo, como decíamos anteriormente, el objetivo real es perseguir a Toadette y conseguir una estrella, que es el verdadero punto en el marcador.
Además del dado estándar, con numeración de 1 al 6, cada personaje -en nuestra partida éramos Mario, Daisy, Wario y Bowser- tiene su propio dadocon una numeración concreta. Puede que falten varios números y que otros se repitan, ya que estos dados alternativos están pensados para asegurar ciertas tiradas y evitar ciertas casillas o tener más posibilidades de llegar a la que queramos. Tendrán bastante importancia los objetos, principal uso de las monedas, ya sea para añadir cierta numeración a nuestro dado, robar monedas a los rivales, disminuir la tirada de un contrario, etc.
Otro de los minijuegos en los que queda claro el grado de precisión y sensibilidad de los Joy-Cons fue Dulces Sueños. En esta especie de patata caliente, tenemos que acariciar a la oruga Floruga sin que se despierte, consiguiendo el máximo de caricias en cada turno de 5 segundos. Como es evidente, cuantos más turnos pasan, más cerca está de despertarse incluso con movimientos no muy bruscos, por lo que la estrategia pasa por sumar menos caricias en cada turno… y rezar porque no se nos despierte. Quizás fue el más flojo de nuestra prueba con el juego.
El penúltimo de este modo competitivo de tablero fue Boxeo Luminoso. En este caso, se trata de una de esas rarezas de 1v3 en el que un jugador está encerrado en un cuadrado rodeado de 6 bombillas y los otros 3 personajes en el otro lado de la pantalla con el mismo escenario, pero estando fuera de la pantalla. Básicamente, hay que golpear cada una de las bombillas cuando se encienda, y gana el jugador -o el equipo rival- que antes llegue a los 20 puntos. Vale que es solamente una partida, pero nos dio la sensación de que el aparente hándicap de jugar en inferioridad numérica no se traduce en la práctica, consiguiendo dar la vuelta al minijuego para que uno tenga las mismas posibilidades de victoria que tres.
Otro de los juegos de uno contra todos fue el de Memoria fotográfica. En un escenario que simula ser un diorama, un número de Toads o Paratroopas aparecen portando -o no- una fruta y tendremos que recordar algunos detalles de la secuencia que acaba de aparecer en pantalla. El jugador solitario tiene la posibilidad de escoger entre tres preguntas distintas y el resto del equipo tiene que seleccionar la respuesta correcta posicionándose en una plataforma. En caso de que alguno falle, se abrirá una trampilla y desaparecerá en el subsuelo como si de un concursante de Ahora Caigo se tratase. Si en la pregunta final algún miembro del equipo acierta, todos sus miembros ganan.
Tras esta toma de contacto con su vertiente competitiva -Super Mario Party también tendrá modos online todavía por desvelar- nos pusimos más amistosos y nuestro equipo de 4 jugadores se dispuso a remar en pos de un objetivo común. Literalmente, ya que en el modo cooperativo Torrente de aventuras los 4 jugadores pasan a ser tripulantes de una barca que va río abajo contrarreloj partiendo de un reloj de 60 segundos. Además de evitar ciertos peligros y tratar de llegar al final a tiempo, con unos cuantos desvíos, por el camino encontraremos unos globos que, de chocarse con ellos, darán paso a minijuegos cooperativos con los que conseguir tiempo extra.
Minería de riesgo pone al equipo al completo sujetando una bandeja de minerales. Tenemos que atravesar un laberinto repleto de Plantas Piraña y llevar la carga al objetivo en el menor tiempo posible. Además de la diversión de controlar de forma simultánea el movimiento de los cuatro jugadores, y cómo eso hace rotar la posición del equipo, se añade una bonificación por tiempo que hará que cuanto menos tardemos en llegar a la meta, más tiempo para el descenso en barca consigamos. Como nota curiosa, si chocamos Joy-Cons en el “hip hip hurra” final, se nos dará un extra de 3 segundos.
Pingüinos al redil es un minijuego mucho más libre en su manejo, sin depender tanto de los movimientos del anterior. Se trata de perseguir pingüinos sobre una superficie helada -y deslizante- para conseguir que entren en una zona delimitada en la que pasan a formar parte del marcador. Lo curioso en este caso es que el caótico movimiento de los cuatro personajes en pantalla puede provocar efectos contrarios a los deseados de forma totalmente accidental e imprevisible, pero también podemos optar por estrategias cooperativas como que uno se quede de “chupagoles” en la zona objetivo y se dedique a colar todos los pingus que el resto le acerca.
También hay minijuegos de memoria en esta modalidad cooperativa. En As de la Memoria, un Lakitu nos mostrará una carta con uno de los cuatro palos de póker: diamantes, corazones, tréboles o picas. Repartidos por el escenario hay cartas de cada uno de esos estilos, así que nuestra función será memorizar la posición de esas cartas y que cada uno de los jugadores se pose sobre el dorso del naipe para comprobar si hemos recordado su posición. Al principio solamente es un ejercicio de memoria. Más tarde pasa a mover su posición una vez dada la vuelta, en plan trilero, por lo que se complica la cosa.
El último fue el que más nos gustó, ya que era el verdaderamente necesitaba de sincronización de todo el equipo o era imposible de superar. Su nombre es Pesca Sincronizada y coloca a los cuatro jugadores con una misma red de pesca para conseguir el máximo número de Cheep Cheeps, valiendo algo más los dorados. Aunque el movimiento de levantar el Joy-Con no es nada complicado, teniendo que tirar hacia arriba.
Super Mario Party llegará a Nintendo Switch el 5 de octubre.