Propagam software malicioso tirando memorias USB
En un experimento ya clásico de seguridad informática, unos investigadores del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos dejaron tirados unos cuantos pendrives y CD-ROMs así como quien no quiere la cosa en el suelo de aparcamientos de edificios gubernamentales y de contratistas privados.
Poca gente pudo resistir la tentación: el 60 por ciento de los que los recogieron enchufaron los pendrives en su ordenador. Si además de eso el pendrive llevaba un «logotipo con aspecto oficial», la cifra aumentaba al 90 por ciento.
Una demostración de que el punto más débil en la cadena de seguridad de cualquier organización siguen siendo las personas y que luchar contra la ingeniería social es casi tan complicado como hacerlo contra las técnicas más punteras y avanzadas.