Publican imágenes con una nitidez sorprendente nunca lograda de la corona solar
La misión Solar Orbiter, dirigida por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) en colaboración con la NASA, ha completado su segundo encuentro cercano con el Sol, lo que ha permitido a los investigadores obtener imágenes de una nitidez impresionante con una resolución jamás lograda hasta la fecha.
El momento de mayor aproximación del satélite científico de observación solar tuvo lugar el 12 de octubre a las 19:12 UTC, cuando el orbitador se encontraba a solo un 29 % de la distancia entre la Tierra y el astro rey.
Un día después, el generador de imágenes ultravioletas extremas (EUI, por sus siglas en inglés) de la nave espacial proporcionó el video a máxima resolución, en el que se aprecia la corona solar en estado tranquilo.
En 2025, el Sol alcanzará un pico de actividad, conocido como máximo solar, por lo que la captación de una corona tranquila será más infrecuente en los próximos años.
Según la descripción del video, cada píxel abarca 105 kilómetros de la superficie del Sol. La Tierra observada por el EUI desde esta distancia abarcaría solo 120 píxeles. El propio video contiene 2.048 unidades básicas de imagen digitalizada, lo que significa que 17 planetas azules cabrían uno al lado del otro en esta grabación, explica la ESA para que resulte más sencillo hacerse una idea de los tamaños de los objetos celestiales.
La naturaleza dinámica de la corona, que es la atmósfera exterior del Sol, se puede apreciar en el video. El gas cargado eléctricamente de más de millones de grados Celsius, conocido como plasma, se encuentra en constante movimiento, siendo guiado y acelerado por los cambios del campo magnético de la estrella. Los arcos de plasma brillante se mantienen en su lugar gracias a los bucles de magnetismo que irrumpen en la corona desde el interior del Sol, explican los científicos.
El viento solar de partículas se origina en la corona, si bien el mecanismo exacto por el que se genera aún no se conoce bien. Investigar este fenómeno es un objetivo científico clave de la misión de las agencias espaciales de EE.UU. y Europa.