¿Puedo heredar mis videojuegos digitales tras fallecer?
Actualmente, los videojuegos digitales son una gran opción para los usuarios. Por ejemplo, en 2022 este formato copó el 94% de las ventas del mercado, dejando a los juegos físicos con un porcentaje muy pequeño. Pero en medio de todo eso surge la pregunta de qué sucederá con estos títulos después de morir y si hay alguna forma de heredarlos.
A diferencia de una caja, un CD o un cartucho, la posesión de un título digital queda dentro de una plataforma y las tiendas más importantes de juegos no tienen cómo transferir ese contenido a otro perfil, ya que en los términos que se aceptan en los Acuerdos de Licencia para el Usuario Final (EULAs, por sus siglas en inglés), está casi universalmente prohibido el traspaso de activos virtuales.
Un ejemplo de esto es el Acuerdo de Suscripción de Steam, en el que queda explicito que no es posible pasar juegos de una cuenta a otra.
“Usted tiene derecho a utilizar los Contenidos y Servicios para su uso personal, pero no tiene derecho a: (i) vender, conceder un derecho de garantía o transferir reproducciones de los Contenidos y Servicios a terceros en modo alguno, ni a alquilar, arrendar o conceder licencias de los Contenidos y Servicios a terceros”, se menciona en el documento.
Lo mismo sucede en la PlayStation Store, en el que se deja claro que “no podrá vender, comprar, intercambiar o transferir su ID online, cuenta o cualquier acceso personal a los Servicios PSN a través de cualquier medio o método, incluido el uso de sitios web”.
Estas medidas se toman principalmente para evitar la reventa de juegos digitales y la creación de un mercado en el que las compañías no se van a ver involucradas ni beneficiadas, mientras que terceros sí sacarían provecho de los activos creados por otros.
Pero entonces queda el vació legal de no haber solución en caso de muerte, limitando la posibilidad de heredar un juego o una cuenta entera, pudiendo perder todos los activos digitales que se adquirieron y son propiedad del usuario, aunque en realidad no parecían serlo al no poder actuar de forma libre sobre ellos.
Ante este escenario de limitación legal, qué se puede hacer. En primer lugar, hay que considerar que plataformas como Steam o PlayStation no están investigando cuál de sus usuarios falleció, por lo que en teoría ellos no sabrían que la persona dueña de una cuenta murió.
Tomando esto como referencia para heredar los juegos, la mejor opción sería dejar las credenciales de acceso a la cuenta, así un familiar o un amigo podrá ingresar y tomar posición del perfil.
El primer paso es crear una lista completa de las cuentas y las credenciales asociadas. Esta información se puede almacenar en un administrador de contraseñas seguro o un documento físico en un sitio seguro.
Después de esto, es crucial asegurarse de que esta información esté disponible tras el fallecimiento. Esto se puede hacer a través de documentos legales o informando algún familiar de la situación, ya que no solo puede ser útil para los juegos digitales, sino para las demás cuentas que se tengan, como redes sociales o correos electrónicos.
Otra solución para dejar credenciales es utilizar servicios como el Administrador de Cuentas Inactivas de Google. Este servicio permite establecer un tiempo de inactividad, que al cumplirse Google enviará los datos de la cuenta a contactos de confianza o los eliminará. Si bien esto no se adapta directamente a las cuentas de juegos, se puede emplear como una forma segura de dejar los detalles de la cuenta.
La posición básica en la mayoría de leyes de los diferentes países del mundo es que no existe derecho de propiedad en la información misma. La mayoría de las personas tienen la impresión de que son propietarios de su contenido on-line, sin conocer que, en realidad, lo que poseen no es más que una licencia para usar los servicios de un sitio web.
Esto se rige por los términos y condiciones de uso que deben aceptarse para abrir cada cuenta o suscripción online. Estos términos varían según el proveedor, pero la licencia, a menudo, termina en caso de fallecimiento y no es transferible. Los proveedores de servicios de la información citan la privacidad y la confidencialidad de sus usuarios como motivos legales para evitar el acceso o transferencia de las cuentas de sus usuarios por terceras personas, aún tratándose de usuarios fallecidos.
Sin embargo, esto puede estar directamente en desacuerdo con los deseos de los propios fallecidos que quieran preservar y transferir sus activos digitales a sus herederos, para lo cual deberán pronunciarse y dejas instrucciones precisas, tal como recoge la LOPDGDD española.
En Florida, Estados Unidos, en el año 2014 se aprobó la Ley Uniforme de Acceso Fiduciario a los Activos Digitales (FADA) con el objetivo de dar poder a los fiduciarios para acceder y administrar los activos y cuentas digitales de alguien, aunque muchos otros estados no han promulgado dicha ley oponiéndose a la idea de que un fiduciario podría suplantar al titular de la cuenta original y crear un conflicto con la privacidad y los derechos contractuales existentes. En otros muchos países no existe actualmente una legislación comparable. Incluso una concesión de legalización puede no ser suficiente para permitir a los albaceas obtener el título legal de los activos digitales del fallecido de la misma manera que lo hace para los bienes tangibles.
Así pues, no tienen otra opción que consultar los términos y condiciones de uso relevantes para cada proveedor de servicios de la información para establecer sus derechos sobre los activos digitales del fallecido. Afortunadamente, hoy en día la tecnología ofrece interesantes recursos para afrontar con comodidad la lectura de abundante texto legal.
Por ejemplo, el proyecto Pribot analiza en tiempo real y mediante inteligencia artificial las políticas de privacidad de cualquier sitio web. Su función es la de realizar análisis de textos utilizando inteligencia artificial para obtener un resumen de cualquier política de privacidad, comparar diferentes políticas de privacidad y hasta conversar con un chatbot (programa informático con el que es posible mantener una conversación y que funciona mediante inteligencia artificial) sobre cualquier política de privacidad.
Una herramienta similar es Guard que se encarga de descubrir los secretos ocultos en las políticas de privacidad de los sitios web de Internet. De este modo, utiliza inteligencia artificial para leer las políticas de privacidad en lugar de los usuarios. Además, establece una nota que cuantifica el veredicto otorgado por la IA, y también ofrece datos extra sobre escándalos o brechas de seguridad y privacidad.
En la mayoría de los casos, los términos y condiciones de uso serán estándar y no negociables, y en los que rara vez se contempla (y mucho menos se permite) la transferencia de activos digitales en caso del fallecimiento del usuario propietario de los mismos. Sin embargo, cada servicio de la información debe ser evaluado de forma individual.
Por ejemplo, iTunes, el servicio de reproducción y compra de archivos musicales de Apple, indica que su licencia de uso no es transmisible, aunque sí pueda usarse hasta en 5 ordenadores, y que la propia compañía está estudiando el tema de transferir y cerrar cuentas de usuarios fallecidos con la presentación de un certificado de defunción y la concesión de un poder de representación del solicitante.
Por el contrario, tanto Facebook como Instagram sí permiten eliminar y hasta convertir en conmemorativa la cuenta de un usuario fallecido.
Google tiene su propio punto de vista, como no podía ser de otra manera. La gran “G” tecnológica ofrece su servicio gratuito de cuentas inactivas, a través del cual un usuario titular de una cuenta puede configurar este apartado para cuando se dé el caso en el que una cuenta permanece un largo periodo de tiempo sin actividad, estableciendo, además, a un número de beneficiarios (con un máximo de 10) a quienes se les otorgará acceso a la cuenta del fallecido antes de que sea cancelada.
Microsoft por su parte, y tras enviar el correspondiente certificado de defunción y el poder notarial que autorice al solicitante, proporcionará una copia de los correos electrónicos en un disco a los familiares. Aunque esto no pasa siempre, pues basta con que no se use el correo electrónico durante dos años para que automáticamente lo den de baja, siempre y cuando no se tenga acceso a la cuenta, en cuyo caso sí se podrá cancelar de modo inmediato.
Yahoo es uno de los proveedores que más fácil ofrece este servicio, pues basta con la notificación de la muerte del titular para cancelar su cuenta.
Sin embargo, la inmensa mayoría de servicios on-line no contemplan en sus términos y condiciones el cierre de la cuenta de un usuario por fallecimiento del mismo, como si tuvieran la fiel creencia de que sus usuarios vivirán eternamente. Sin duda, esto supone un gran inconveniente para ejecutar el borrado de la huella digital del difunto.
En el caso de PayPal la cuenta puede cerrarse con la presentación de determinados documentos, como el certificado de defunción y una copia del testamento (si lo hay), aunque esta información no aparece en la sección de ayuda y soporte de la mayoría de los países en los que opera PayPal. Por ejemplo, en PayPal España no aparece por ninguna parte y hay que buscar en las páginas de PayPal de otros países.
Sin embargo, el tema de PayPal merece una mención especial debido a un polémico caso que salió a la luz pública sobre el fallecimiento de un cliente suyo. La historia se remonta a 2018 cuando una mujer del Reino Unido falleció a la edad de 37 años por culpa de un cáncer de mama. Su marido se encargó de arreglar todos los asuntos de su difunta esposa y darle de baja en todas las redes sociales y páginas web en las que estaba inscrita, entre las cuales se encontraba cerrar la cuenta de PayPal de ella.
A pesar de sus esfuerzos, no recibió respuesta alguna. Pero ahí no acabó la cosa. A las pocas semanas, recibió una carta de PayPal dirigiéndose directamente a la fallecida, y no al esposo que fue quien contactó realmente con la empresa, informando de manera concisa que al estar fallecida había vulnerado los términos de servicio de PayPal y, por lo tanto, le amenazaba con cerrarle la cuenta, terminar el acuerdo y demandar el repago de la cantidad adeudada.
La cuestión es que la fallecida debía a PayPal cierta cantidad de dinero que previamente había solicitado mediante un servicio de línea de crédito para grandes compras que PayPal ofrece solo en algunos países. De ahí el motivo de la carta, argumentando que no se podía cerrar la cuenta de ese usuario porque existía una deuda pendiente.
Sin embargo, el empleado de PayPal que elaboró la carta no debió percatarse del motivo por el cual el marido solicitaba el cierre de la cuenta de su esposa, dando así origen a esta curiosa historia.
El desenlace consistió en la disculpa de PayPal, quien reconoció la falta de sensibilidad de la carta y la intención de abrir una investigación para conocer el por qué de lo acontecido, haciendo llegar al marido sus condolencias por la pérdida de su esposa y cancelando definitivamente la deuda contraída. Sin duda, el hecho de que el marido se pusiese en contacto con la BBC (el medio de comunicación más popular e influyente en el Reino Unido) para contarles su rocambolesca historia tuvo mucho que ver para que todo un gigante de los medios de pago on-line sucumbiera ante la opinión pública.
Actualmente, la página de PayPal en el Reino Unido muestra información concreta sobre cómo proceder para cerrar la cuenta de una persona fallecida, pero no en el resto de versiones de otros países.
Como vemos, acceder y disponer de los activos digitales de un fallecido es una tarea complicada en numerosas ocasiones y, casi siempre, sin base legal ni regulatoria. Sin embargo, para poder superar estas dificultades se suelen tomar determinadas precauciones que tanto abogados como notarios deben tener en cuenta para poder informar debidamente a sus clientes, lo que ayudará en un futuro a garantizar que se puedan cumplir los deseos del testador de la manera más completa posible.
Por ejemplo, existe la posibilidad de redactar una cláusula en el testamento tradicional del cliente que se refiera específicamente a los activos digitales, de tal forma que se puedan dejar instrucciones precisas sobre cómo los albaceas deben tratar con dichos activos de tipología digital, bien siendo repartidos entre sus herederos, bien siendo eliminados o cancelados si no tienen ningún valor económico o sentimental.
Los activos digitales con valor monetario deben tratarse en una cláusula específica en el testamento. En particular, cualquier activo digital con derechos de propiedad intelectual asociados necesitará un tratamiento especializado. También hay margen para designar un albacea digital independiente que tenga la experiencia necesaria para acometer una labor técnicamente más completa. Se debe aconsejar a los clientes que creen un inventario de todos sus activos digitales y lo actualicen regularmente. Esto repercutirá en que los albaceas y los abogados pueden establecer rápida y fácilmente el alcance de los activos del cliente que administran e incluirlos en el caudal relicto.
Por razones de seguridad, las contraseñas no deben almacenarse en estos espacios, además de ser totalmente inviable acudir a actualizar el testamento ante notario cada vez que cambia una contraseña, se abre una nueva cuenta on-line o se actualiza el saldo positivo o el monedero de dinero virtual. Hoy en día existen plataformas y herramientas on-line que permiten las herencia digitales, como Mi Legado Digital.
Tampoco es recomendable dejar esta información en el propio testamento de un cliente, ya que el testamento se convierte en un documento público tras la muerte del otorgante, pero sí que puede ser útil si se almacena una copia impresa del inventario digital del fallecido junto con su testamento y poder notarial.
Por último, siempre que sea posible, es recomendable realizar una copia de seguridad de los activos digitales almacenados únicamente en la “nube” en un disco duro externo. Esto ayudará a protegerse contra el riesgo de que alguno de los proveedores de servicios de la información elimine todo el contenido de la cuenta del usuario, ayudando así a preservar y proteger los activos digitales después de la muerte. Para más información puedes visitar la Web Oficial o seguir las redes sociales oficiales como la Cuenta de Twitter.
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