¿Qué ocurre cuando tu número de teléfono aparece en una serie o película?

Incluso en las caricaturas o en los videojuegos frecuentemente figuran números que comienzan con tres “cincos” (las letras KL se utilizan para indicar dos cincos en los números telefónicos).
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Una mujer huye despavorida por un oscuro callejón que podríamos ubicar en el Bronx neoyorquino; en la pantalla se nos muestra su mano ensangrentada que, antes del último estertor, teclea con dificultad un número de teléfono en su móvil. Este personaje de ficción fallece, pero queda en la retina de los espectadores ese número de teléfono. ¿A quién llamó por última vez? Al grueso de los mortales, esa duda le dura poco, pero a un considerable número de espectadores le da por hacer algo inesperado: llamar a ese número para despejar las dudas. 

La idea de encontrarse al asesino o al amante al otro lado de la línea puede parecer pueril, pero puede sonar menos inverosímil cuando descubres que una mujer de Florida recibió hasta veinte llamadas en menos de una hora al aparecer su número en la película “Bruce Almighty”, protagonizada por Jim Carrey. Lo que parecía una broma terminó en un problema para la afectada, pero también para la productora, ya que estuvo a punto de recibir una demanda. Y todo debido a un imperdonable error de los guionistas: no emplearon ningún número de teléfono ‘ciego’, sino que escogieron uno al azar, el de esta pobre señora.

Números específicos para evitar el bombardeo de llamadas

En el caso del filme de Carrey, el número en cuestión era una línea directa con Dios, con lo que imagina el fervor e intensidad de las llamadas. Sí, te lo estarás preguntando: ¿realmente puede haber alguien que crea que puede hablar con el altísimo al aparecer su móvil en una película? No haremos valoraciones, pero nos remitimos a los hechos, que son tozudos. En Estados Unidos, origen del grueso de las películas taquilleras y un país bien habituado a las demandas, las productoras han optado por emplear un atajo: contratar números ‘ciegos’ (sin propietario, ni presente ni futuro), para estos menesteres.

Es tal el volumen de este despropósito que las operadoras del país han tenido que reservar toda una numeración para las películas: la serie que empieza por ‘555’ (por este motivo es habitual ver que la mayoría de números que aparecen en pantalla empiezan por esta secuencia). Esto no quiere decir que todos los números de la factoría de Hollywood empiecen así: algunas productoras han optado por adquirir una determinada numeración para dar más realismo a sus películas. De alguna forma, el espectador sabe que los ‘555’ son más falsos que Judas, y si el número es cotidiano, pero sin arriesgarse a recibir demandas, pues mejor para todos.

Otras productoras han ido más allá y han aprovechado este extraño fenómeno para introducir apasionantes “huevos de pascua” en sus filmes. ¿Cómo? El ejemplo más claro de esto lo podemos ver en ‘Terminator: dark fate’, donde en una secuencia aparece la furgoneta de Terminator, ahora reconvertido en comerciante de ropa, con un número de teléfono en un lateral. Como puedes suponer, los fans de la saga han corrido a telefonear al personaje y espera, que aquí viene el trolleo de los guionistas: te responde el propio Terminator en un mensaje grabado que termina con su mítico ‘hasta la vista’ (en España se tradujo como ‘sayonara’).

También en las redes sociales

Algo parecido, aunque ya fuera de las pantallas, le sucedió a Elon Musk: en lugar de enviar un mensaje directo a un conocido en el que le pedía que le llamara a su número personal, lo tuiteó a su millonaria masa de seguidores. Imagina el desastre. El bueno de Musk no se arredró demasiado y aprovechó el incidente para hacer otro ‘sayonara’ como el de Terminator: puso en su contestador un mensaje de voz que aparece oculto en el video juego God of War. Insuperable. 

No estuvo tan rápida Katy Perry, que subió a su Instagram una foto de su perro en la que se podía ver, si hacías zoom, su móvil personal en la chapa identificativa. La cantante borró la foto inmediatamente, pero no lo suficientemente rápido como para evitar el colapso: tuvo que cambiar de número.

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