Sombras de Fe: In His Time te rompe el coco y el alma

Si alguna vez quisiste un juego que te haga resolver acertijos mientras te pega un derechazo emocional, In His Time es tu boleto. Desarrollado por Tearyhand Studio y publicado por Kodansha, este indie japonés te pone en los zapatos de Olly, un niño que la vida no deja de golpear. Su papá murió, su mamá está enferma y los bullies del cole lo tienen en la mira. Todo cambia cuando un viejo relojero llamado Joseph entra en escena y lo manda a recuperar unas piezas robadas de una mansión creepy. Lo que parece una misión sencilla se convierte en un viaje de autodescubrimiento, perdón y fe que te va a dejar pensando.
Historia:
La trama es un puñetazo al alma desde el arranque. Olly está atrapado en un mundo que lo aplasta: chores en casa, broncas en la escuela y unos matones que lo arrastran a meterse en problemas. Cuando lo pillan en la mansión, Joseph —un tipo misterioso con vibes de mentor— lo guía por un camino de redención. Hay un rollo cristiano fuerte aquí: temas de perdón, amor y la idea de que hay algo más allá de la muerte. No es para todos, pero si conectas con eso, te va a mover el piso. La narrativa es simple pero profunda, como un cuento oscuro que te cuenta un amigo en una fogata.
Jugabilidad
Este es un juego de puzzles 2D con alma de aventura. Mueves a Olly por un pueblo sombrío, resolviendo acertijos que van desde “oh, fácil” hasta “espera, ¿qué demonios hago aquí?”. Algunos te piden combinar objetos, otros te hacen convencer a NPCs o ganar minijuegos. Lo genial es que los puzzles están tejidos con la historia: mientras desbloqueas puertas o recuperas cosas, descubres más sobre Olly y su mundo. Los controles son básicos (a veces un poco torpes, ojo), pero el reto está bien balanceado para que sientas esa satisfacción de “¡lo logré!” sin querer tirar el teclado por la ventana.

Gráficos
El arte es puro amor. Imagina un teatro de sombras con marionetas: siluetas oscuras contra fondos simples pero evocadores. No hay caras detalladas, solo formas y colores que te dicen quién es quién, y eso le da un vibe único, como si estuvieras dentro de un sueño melancólico. El estilo encaja perfecto con el tono triste pero esperanzador del juego. No esperes explosiones de AAA, pero su sencillez te envuelve y no te suelta.
Música
El soundtrack es un viaje emocional por sí solo. Piezas clásicas con violines intensos y guitarras suaves que te llevan de la tensión a la calma en un segundo. Es como si la música hablara por los personajes, que no tienen voces reales, solo ruiditos tipo Simlish (que, ok, a veces desconectan un poco). Pero cuando pega, pega duro: hay momentos donde la melodía te hace sentir el peso de la soledad de Olly o la chispa de su esperanza.

Duración
No es un juego largo. En unas 4-5 horas lo terminas, dependiendo de qué tan rápido le agarres la onda a los puzzles. Es perfecto para una tarde intensa o para jugarlo en pedacitos a lo largo del día, gracias a que guarda tu progreso cada vez que cambias de área o sales. Corto, sí, pero deja huella, como una buena película indie que no necesitas que dure tres horas para que te marque.
Lo que realmente importa: ¿Cómo te hará sentir?
Aquí está el corazón del asunto, gamers. In His Time te hace sentir como si fueras Olly: perdido, agobiado, pero con una lucecita al final del túnel. Resolver cada puzzle te da esa vibra de “estoy avanzando”, mientras la historia te va apretando el pecho con cada revelación. Si te gustan los juegos que te hacen empatizar y reflexionar, este te va a pegar en los feels. Te sientes parte de su lucha, y cuando llegas al final (sin spoilers, tranquis), hay una mezcla de tristeza y paz que no muchos juegos logran. Es como si el juego te diera un abrazo y te dijera: “Todo va a estar bien, pero primero tienes que pasar por esto”. Si buscas algo que te rete y te emocione a partes iguales, este es tu juego.
Leave a reply
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.