También pueden jugar videojuegos los niños con epilepsia

El 81,6% de los médicos de atención primaria creen estar poco informados sobre esta enfermedad
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A pesar del avance de los tratamientos contra la epilepsia, en España existen muchas creencias erróneas sobre esta enfermedad, sobre todo relacionadas con la actuación ante una crisis, que pueden perjudicar al paciente.

Esta es una de las conclusiones del Libro Blanco de la Epilepsia, una iniciativa que el Grupo de Epilepsia de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación de Ciencias de la Salud han llevado a cabo para conocer la situación de la enfermedad.

El estigma y las falsas creencias se constatan en el estudio, que ha evaluado el grado de conocimiento de la epilepsia en distintos grupos, desde los propios pacientes a médicos de diferentes especialidades y farmacéuticos, incluida la población general.

El 81,6% de los médicos de atención primaria, el 48% de los pediatras y el 65,6% de los psiquiatras creen estar poco informados sobre esta enfermedad.

Entre la población general está extendida la falsa creencia de que los videojuegos y las series de animación pueden provocar ataques de epilepsia. El mito nació por un capítulo de la serie Pokémon que incluía frecuencias de iluminación rápidas con tonos rojos y que produjo varios ataques en Japón.

El 81,6% de los médicos de atención primaria creen estar poco informados sobre esta enfermedad

“Los videojuegos solo presentan un riesgo en los casos de epilepsia fotosensible, que representa el 10% de los casos totales de epilepsia”, ha declarado Jerónimo Sancho, presidente de la SEN, en rueda de prensa.

“Estas frecuencias y tonos rojos se evitan actualmente, por lo que una crisis sería hoy en día excepcional”, ha añadido. “Por ello consideramos que no es necesario prohibir los videojuegos a los niños con epilepsia”.

Por otra parte, Juan Mercadé, coordinador del Grupo de Epilepsia de la SEN, ha declarado que “el problema son las horas de sueño que videojuegos y ordenadores quitan a los niños, que sí que pueden inducir ataques”.

El Libro Blanco ha detectado que hay falsas creencias sobre la actuación en una crisis convulsiva. Por ejemplo, el error clásico de evitar la mordedura de la lengua o sujetar a la persona para inmovilizarla. No obstante, sí está se conocen otras prácticas correctas como amortiguar la cabeza, colocar de lado a la persona, aflojar la ropa del cuello y no ponerla boca abajo.

Evitar la mordedura de la lengua o sujetar a la persona para inmovilizarla son errores clásicos

“Los errores en relación con la atención de una crisis convulsiva ponen de manifiesto la necesidad de realizar campañas nacionales, con el objetivo de que la atención de una crisis forme parte de una cultura general de primeros auxilios”, ha reclamado Rosario Cantera, presidenta de la Asociación de Andaluza de Epilepsia (ÁPICE).

Aunque la mayoría de la población sabe que las crisis pueden controlarse con tratamiento farmacológico, pocos conocen la cirugía (21.2%), que la enfermedad puede curarse (27.8%), o que existe legislación específica sobre la conducción y riesgos laborales.

Más recursos y divulgación

El escaso número de unidades médico-quirúrgicas para tratar las epilepsias resistentes en las distintas comunidades provoca que los tiempos de espera para el acceso de los pacientes se prolonguen hasta los dos o tres años. El doctor Mauri considera necesario “incrementar los recursos para conseguir un mayor número de estas unidades por todo el territorio”.

Ante estos resultados, los expertos consideran importante “promover campañas de divulgación dirigidas a la población general y organizar cursos de formación a los profesionales involucrados, incluidos los medios de comunicación”.

“Aún existe cierta estigmatización hacia el paciente con epilepsia, sobre todo en el aspecto profesional, fruto del desconocimiento”, ha ahondado el doctor Sancho. “Es falsa la creencia de que es para toda la vida”, concluye.

Fuente: Web Oficial.

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