UE busca reducir la dependencia con Asia la convertirse en un productor para chips
La Unión Europea anunció un plan de 48,000 millones de dólares para convertirse en un importante productor de microchips e intentar limitar su dependencia de los mercados asiáticos en la obtención de los componentes que hacen funcionar todo tipo de aparatos, desde autos a consolas de videojuegos.
En un momento en que la escasez de gas natural y la dependencia energética de Rusia muestran los riesgos políticos de la dependencia económica, el bloque de 27 naciones busca mejorar su autosuficiencia en el crítico sector de los semiconductores con su Ley de Chips.
La medida de la UE refleja el plan de 52,000 millones de dólares lanzado por Estados Unidos para impulsar la inversión en el sector nacional de producción de chips que garantice una mayor producción en el país.
En el último año, se ha producido un cuello de botella en la cadena de suministro de los semiconductores. En Europa, algunos consumidores han tenido que esperar cerca de un año para recibir un coche por la falta de piezas.
Los semiconductores son pequeños microchips que actúan como el cerebro de objetos como smartphones y autos, y su prolongada escasez ha puesto de manifiesto la importancia de sus fabricantes, la mayoría de ellos en Asia, apara las cadenas de suministro globales.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que la nueva ley conectará la investigación, el diseño y las pruebas, además de coordinar la inversión comunitaria y nacional. El plan de 43,000 millones de euros une financiamiento público y privado y permite la concesión de ayudas estatales para lanzar las inversiones.
En 2020, cuando la mayoría de empresas cerraron operaciones por los confinamientos del Covid-19, las asiáticas fabricantes de chips cambiaron de rubro a producir lo que el mercado les pedía y postergaron toneladas de pedidos. Cuando el mundo reabrió en 2021, los fabricantes no pudieron responder a la demanda creando una escasez global que llevó a gigantes como Apple a retrasar sus entregas.
Los chips son necesarios para producir aparatos electrónicos como teléfonos móviles, televisores, lavadoras, maquinaria industria y vehículos, estos últimos requieren de estos chips semiconductores hasta en un 45 % para su funcionamiento.
Bruselas ha dicho que para finales de esta década quiere producir el 20 % de los chips del mundo, lo que significa que tendrá que multiplicar por cuatro su fabricación, ya que ahora apenas alcanza el 10 % de un mercado, cuyo valor se duplicará en los próximos ocho años.
El plan de Bruselas busca reforzar la investigación, construir nuevas fábricas y asegurar sus cadenas de suministro, pero su cifra aún está por debajo de la inversión de 52,000 millones de dólares de Estados Unidos, o los 170,000 millones presupuestados por China para 2024, y lejos de los 430,000 millones de Corea del Sur.
“Europa no puede quedarse fuera de la carrera tecnológica. Todos nuestros socios invierten en un sector que afecta a todas las industrias. Europa no puede mirar el tren pasar”, comentó el comisario de Mercado Único, Thierry Breton.
En la actualidad, Taiwán y Corea del Sur, responsables de más de la mitad de la producción global.