Un ingeniero revela cómo es trabajar en el laboratorio secreto de Google

Un ingeniero muestra cómo es trabajar en X, el laboratorio secreto de Google que convierte ideas de ciencia ficción en realidad.
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Agencias / TeraGames, XALAPA, Veracruz .- Si una empresa o un particular sospechan que algún fichero puede estar infectado, lo más probable es que acudan a VirusTotal, un repositorio que contiene todos los virus informáticos del mundo creado por el español Bernardo Quintero y su equipo de ingenieros.

En 2012, tras unos años detrás del gigante, VirusTotal fue adquirido por Google y Bernardo Quintero se convirtió en uno de los hombres clave de la ciberseguridad de la compañía.

Dentro de Google, el ascenso fue estelar y la empresa decidió que había llegado el momento de dar un paso más. «Tras cuatro años en Google, donde fuimos doblando nuestras métricas principales año tras año, nos convertimos en el primer equipo de ciberseguridad que se trasladaba a Google X», explica Bernardo Quintero.

«Google X es una especie de laboratorio dedicado a desarrollar grandes avances tecnológicos», describe el ingeniero.

En dos años, el equipo resurgió de los laboratorios de Google X como Chronicle — y recientemente se ha anunciado que se ha fusionado con Google Cloud — en donde Quintero sigue siendo una parte fundamental como parte del cerebro que dirige todas las acciones de ciberseguridad del gigante de Alphabet.

Aunque el propósito del laboratorio en el que fue acelerado Chronicle es público, nadie sabe exactamente en qué futuros proyectos trabajan sus ingenieros. En él se han desarrollado desde una red de globos aerostáticos para universalizar el acceso a Internet hasta granjas verticales. Alimentación, salud, tecnología…no hay área que no tenga cabida en Google X.

Bernardo Quintero explica cuáles son las claves de la cultura de trabajo en este ambiente que consigue impulsar los proyectos más innovadores.

Mentalidad mooonshot

Bernardo Quintero y su equipo entraron en Google X «para intentar lo que ellos [Google] llaman un ‘moonshot’ (tiro a la luna)», explica el ingeniero.

El propio Google X describe ‘moonshot’ como «tecnologías que suenan a ciencia ficción que tienen como objetivo hacer del mundo un lugar radicalmente mejor».

Eso sí, tiene que haber una razón para creer que hay alguna posibilidad de es posibles sacar adelante el proyecto en un plazo de 5 a 10 años.

A grandes problemas, grandes soluciones

Otro de los criterios para que un proyecto entre en Google X es que intente encontrar solución a un problema que afecte a miles de millones de personas.

«El objetivo es enfocar en grandes problemas, proponer soluciones revolucionarias, e intentar llevarlas a cabo. De ahí nació por ejemplo el coche autónomo sin conductor», explica Quintero.

Los proyectos en Google X nacen con una pregunta, por muy imposible que suene la idea pueda sugerir. Por ejemplo, ‘¿cómo se pueden utilizar las cometas para generar electricidad en lugares inesperados?‘ o ‘¿cómo pueden los haces de luz soportar el rápido crecimiento de la demanda mundial de datos?‘.

«Queremos conseguir 10 veces más impacto en los problemas más difíciles del mundo», aseguran. Para ello, combinan la incertidumbre y los riesgos que conlleva cualquier investigación científica con «la velocidad y la ambición de una startup».

Los resultados no importan, los fracasos se celebran

Los fracasos se celebran, «literalmente», subraya Quintero.

«Lo que ofrece Google X es un entorno donde te sientes seguro para experimentar con cualquier idea por muy loca que parezca a priori, sin ningún tipo de presión sobre si funcionará o no», resalta. Y si no funciona, es motivo de celebración.

«Aceptamos el fracaso como una herramienta poderosa para aprender y, para progresar; este es uno de nuestros valores más importantes. Puede que te preocupe un poco que alguien que ocupa el cargo de CEO te diga que se propone fracasar la mayor parte del tiempo. Pero para progresar hacia cualquier idea valiente, hay que cometer errores», escribe el director de Google X, Astro Teller.

Teller, explica en una charla TED los beneficios detrás de esta filosofía de celebrar los fracasos, que él define como «responsablemente irresponsable». El director asegura que se abordan los proyectos con la mentalidad de ‘a ver en qué momento cancelamos esto’.

En Google X se mantienen pulsos contra el propio proyecto para ver cuánto resiste un proyecto. Los que no demuestran ser viables, se cancelan, los que encuentran una salida (como Chronicle), se «gradúan».

Para hacer posible que los proyectos acaben graduándose, Teller revela otro mantra que rige el trabajo en Google X, «a veces, saber cambiar la perspectiva es más potente que ser inteligente».

Con información del Comunicado de Prensa.

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